Dedicado a todos los conspiranoicos, que son legión.
El odio a los judíos proviene de muy
antiguo, pero entre las causas del antisemitismo moderno se encuentra un famoso
libelo que, aunque fue publicado por vez primera hace ya más de un siglo, aún hoy
sigue ejerciendo gran influencia sobre mucha gente: Los Protocolos de los Sabios de Sion.
A finales del
siglo XIX, en el muy cristiano y ortodoxo Imperio ruso, los judíos veían recortados sus derechos y sus garantías jurídicas. Al
fin y al cabo se les responsabilizaba del asesinato del zar Alejandro II e incluso del de Jesucristo.
Por aquellas
tierras eran habituales los pogromos,
ataques de las masas contra los comercios y las casas de los judíos. Se les
perseguía y asesinaba con el apoyo de las autoridades zaristas.
El pueblo vivía mal en aquel imperio, muy mal. El zar Nicolás II, coronado en 1894, era un incompetente que se dejaba influir por unos y por otros mientras el descontento de la gente aumentaba y la revolución se acercaba.
El pueblo vivía mal en aquel imperio, muy mal. El zar Nicolás II, coronado en 1894, era un incompetente que se dejaba influir por unos y por otros mientras el descontento de la gente aumentaba y la revolución se acercaba.
Nicolás II
El conde Sergei Yulyevich Witte era el ministro
de Finanzas ruso y principal consejero del zar. Witte trataba de convencer al
inepto emperador de la conveniencia de implantar medidas liberalizadoras e
ilustradas, de modernizar Rusia. Tales medidas incluían mejorar las condiciones
de vida de los judíos, discriminados a lo largo de siglos. Hay que decir que su
mujer era judía.
Sergei Witte
Pero Witte
contaba con varios enemigos cercanos también al zar, entre los que estaban la Gran Duquesa Isabel (hermana mayor de
la zarina Alejandra), o Piotr Ivanovich Rachkovsky, jefe de la Ojrana
-la policía secreta zarista- y uno de los creadores de la organización
antisemita Unión del Pueblo Ruso.
Fue Rachkovsky
quien decidió que se redactara un falso documento que demostrara la existencia
de un supuesto complot judío para derrocar al zar y que, de paso, desacreditara
a Witte e impidiera así que Nicolás II siguiera sus consejos. Además, el documento justificaría los pogromos. Para ello
contactó con Matvey (o Mathieu) Golovinsky, un
aristócrata franco-ruso, astuto y antisemita, miembro de la policía secreta,
que en 1898 estaba en París.
Matvey
Golovinsky
A Golovinsky se
le encargó la creación del texto, y este lo que hizo fue prácticamente plagiar
un antiguo libro, Diálogo en el infierno
entre Maquiavelo y Montesquieu, del autor francés Maurice Joly, publicado en 1864. Tal libro no era
sino una crítica al emperador francés Napoleón III y su despotismo, en la que
Montesquieu representaba el liberalismo y Maquiavelo, con su cinismo, a
Napoleón III. Joly había sido juzgado
por escribirlo y condenado a 15 meses de cárcel. Su libro fue prohibido.
Golovinsky creyó
que nadie se daría cuenta de su plagio al estar copiando un libro prohibido.
Además, Joly se había suicidado en 1878.
Lo que el
plagiario hizo fue adaptar los diálogos de Maquiavelo de tal forma que, en
lugar de representar a Napoleón III, fuesen la voz de una conjura judeo-masónica
y así dañasen al conde Witte y sus intenciones aperturistas. Además, aprovechó
la circunstancia de que el año anterior se hubiese celebrado en Basilea (Suiza)
el Primer Congreso Sionista
convocado por el fundador de dicho movimiento, Theodor Herzl.
De esa forma, el
resultado del plagio de Golovinsky fueron los famosos Protocolos de los Sabios de Sion, supuestamente redactados en aquel
congreso y que “delataban” la terrible intención de los líderes sionistas de
hacer desaparecer el cristianismo y dominar el mundo a través de la masonería. Los
judíos estaban detrás de la revolución.
El plagio era
evidente. En el libro de Joly hay 25 diálogos, y el número de protocolos es de
24. En Los Protocolos hay cerca de
doscientos párrafos copiados del libro de Joly.
Curiosamente,
para escribir su libro Joly había plagiado a su vez en parte otro: Los misterios del pueblo (1849-1856), del
también francés Eugène Sue. Por otro
lado, el prusiano Hermann Goedsche,
bajo el seudónimo de Sir John Retcliffe, también plagió a Joly en su novela Biarritz
(1868), que relataba cómo se reunían los representantes de las doce tribus de
Israel en el cementerio judío de Praga con el mismísimo Satanás para planear la
dominación del mundo. En 1872 se publicó la novela en San Petersburgo bajo el
título En el Cementerio Judío de la Praga
Checa (los Judíos Soberanos del Mundo).
El escritor
francés Roger Gougenot des Mousseaux acusó
a los judíos de querer apoderarse del mundo en su libro Le Juif, le judaïsme et la judaïsation des peuples chrétiens (1886).
El abate Chabauty publicó en 1881 un libro
titulado Les Francs-Maçons et les
Juifs: Sixième Age de l'Eglise d'après l'Apocalypse, en el que venía a decir
que Satanás, a través de la conspiración judeo-masónica, estaba preparando la
llegada del Anticristo judío y el dominio del mundo por los hebreos.
A finales del siglo XIX la
publicación jesuita La Civiltá Cattolica presentaba a
la francmasonería como parte de una conspiración mundial judía. El papa León XIII no tuvo problema alguno con
dicha publicación.
En 1903 apareció un texto
similar a Los Protocolos, pero más
reducido, en el periódico antisemita Znamya (La
Bandera) de San Petersburgo. El texto se titulaba Actas
de la Reunión de los Masones Mundiales Universales y los Ancianos de Sion.
Como se puede comprobar, desde finales del siglo XIX esto de las conspiraciones hebreas para dominar el mundo lo petaba.
Como se puede comprobar, desde finales del siglo XIX esto de las conspiraciones hebreas para dominar el mundo lo petaba.
Los
Protocolos de los Sabios de Sion, la obra de Golovinsky, se publicaron por primera vez en
Rusia en 1903. El único nombre que aparecía en ellos era el del hombre que los
publicó, Sergei Aleksandrovich Nilus,
un personaje que era una mezcla de abogado, juez y monje ortodoxo, y que se
creía en posesión de una misión salvadora: denunciar ante la humanidad el
complot judío. Los Protocolos formaban parte
de un libro de Nilus titulado Lo Grande en lo Pequeño.
Sergei Nilus y su libro
Quizá sea el momento de aclarar que jamás ha
existido una organización denominada Sabios de Sión o Ancianos de Sion.
En el Congreso Sionista de Basilea lo que se
trató fue la emigración judía desde los países europeos a Palestina (entonces
perteneciente al Imperio turco) con el objeto de establecer allí un Hogar
Nacional Judío en el que los hebreos no fuesen discriminados. Para llevarlo a
cabo se creó la Organización Sionista Mundial y se acordaron futuros congresos
sionistas. Este sería el origen del Estado de Israel. El congreso se celebró en
el Casino Municipal de Basilea y todas sus resoluciones están ampliamente
documentadas.
El libro de Nilus sería reeditado varias
veces.
El año 1905 fue complicado para los rusos. A
la derrota en el conflicto con Japón hubo que unir el Domingo Sangriento
(cuando la guardia personal del zar disparó contra una pacífica y masiva manifestación
de trabajadores matando a decenas de personas, mujeres y niños incluidos), y la
revolución, cuyo episodio más conocido fue el levantamiento del acorazado Potemkin.
Fotograma de la película soviética Devyatoe
yanvarya (“9 de enero”, 1925), de Vyacheslav Viskovsky, sobre el Domingo
Sangriento de 1905
Al año siguiente, para apaciguar al pueblo,
el zar aprobó ciertas libertades básicas y la creación de un parlamento, la Duma, que más tarde disolvió. Witte fue forzado a dimitir.
Mientras, Los Protocolos se extendieron
por el país. En ocasiones, los monárquicos se los leían a los campesinos
analfabetos.
Los rumores acerca de la falsedad del
panfleto de Nilus comenzaron también a circular. El propio zar encargó una
investigación al respecto que llegó a la conclusión de que no había nada de
cierto en el libro. Pero Nilus dijo:
“Reconozcamos que Los Protocolos son falsos.
Pero, ¿no puede Dios usarlos para desenmascarar la maldad que se está
preparando? ¿No profetizó la burra de Balaam? ¿No puede Dios, por nuestra fe,
transformar la osamenta de un perro en reliquias que realicen milagros? ¡De la
misma manera puede colocar el anuncio de la verdad en una boca mentirosa!”
La Revolución bolchevique de
1917 hizo que Los Protocolos
recobraran vigor. La teoría de la conspiración daba sus primeros frutos: esa
revolución se debía a los judíos.
Los Protocolos
se hicieron populares entre los rusos blancos.
Tras la Primera Guerra Mundial se extendió por Alemania la disparatada leyenda de que
la derrota de dicho país se debía también a una conspiración judía, a una "puñalada por la espalda" (Dolchstoss) de los judíos. Tal tesis no tenía ningún sentido,
aunque solo fuera por el hecho de que uno de sus más fervientes defensores
fuera el general Ludendorff, quien,
junto a Hindenburg, había pedido la
paz en 1918. La falta de recursos y la escasez de materias primas (que hicieron que durante la Primera Guerra Mundial murieran más alemanes por los efectos de la malnutrición que a causa de los bombardeos de ciudades durante la Segunda), tuvieron como resultado que ya en 1916 la cuestión no fuera si Alemania perdería la guerra, sino cuándo.
Ilustración de 1919 en la que una mujer judía apuñala por la espalda a un soldado alemán
Pero para muchos se trataba simplemente de un nuevo desenlace de la “conspiración judía
internacional”. Ya tenían dos: la Revolución bolchevique y la derrota de los
Imperios Centrales.
¿Qué pasó mientras tanto con Golovinsky, el “verdadero” autor del panfleto?
Lo primero que hay que decir es que su “autoría” fue revelada a los soviéticos
ya en 1917 por el francés Henri Blint,
el hombre a quien Rachkovsky había encargado pagar a Golovinsky. Blint, arruinado,
acabó por vender todos sus archivos a los soviéticos, y estos siempre guardaron
silencio con respecto a todo este asunto.
Golovinsky, tan astuto como siempre, cambió de bando en 1917 y se convirtió
en diputado bolchevique en Petrogrado. Con un falso título de médico, se hizo
valer como “el primer médico en haber reconocido el poder de los Soviets”.
Formó parte del Colegio de Médicos, fundó el Instituto de Cultura Física de
Moscú y fue premiado con la Orden de Lenin. Murió en 1920 gozando del
reconocimiento de los dirigentes soviéticos, y justo cuando sus Protocolos (ilegales en la nueva Rusia
comunista) alcanzaban fama internacional.
En agosto de 1921, The Times publicó
un artículo de su corresponsal en Constantinopla, Philip Graves, en el que se denunciaba la falsedad de Los Protocolos y cómo estos no eran sino
un plagio del libro de Maurice Joly. Graves decía haber obtenido la información
(incluyendo el libro plagiado) de una fuente rusa.
Sin embargo la información proporcionada por el diario británico no iba a
servir de mucho: Los Protocolos se
extendían por el mundo.
En 1919 se editaron por primera vez en Alemania. La traducción fue
realizada por el capitán Müller von
Hausen bajo el seudónimo de Gottfried
zur Beck y con el título de Los
Secretos de los Sabios de Sion. Se realizaron ediciones de bolsillo para
que el libro llegase a todo el mundo.
En 1920 el libro se editó en Polonia, Reino Unido y Estados Unidos; después
en Italia, Suecia, Japón, Portugal y Francia. En 1925 se publicó en árabe en
Damasco y se difundió por Oriente Próximo. En 1927 se publicó en España bajo el
título de Los Peligros Judío-masónicos.
Los Protocolos de los Sabios de Sion. El libro tendría numerosas ediciones.
En el Reino Unido se publicó con el título de El Peligro Judío. A raíz de tal publicación, Winston Churchill, futuro primer ministro en la Segunda Guerra Mundial, escribió en el Illustrated Sunday Herald un artículo en el que denunciaba “las
conspiraciones de los judíos internacionales”, a los que asociaba al comunismo
y que, según él, habían “agarrado a Rusia por los cabellos” y se habían
“convertido en los indiscutibles amos de ese enorme imperio”.
En Estados Unidos Los Protocolos
fueron publicados por el industrial automovilístico Henry Ford en su periódico semanal, The Dearborn Independent, que era bastante antisemita. El
hombre empleaba dicha publicación para denunciar el “peligro judío” a
través de diversos artículos. Ford reunió esos artículos antisemitas en un
libro llamado El Judío Internacional. Tanto ese
libro como Los Protocolos tendrían gran
éxito entre los nazis. El propio Hitler
era un acérrimo admirador de Ford, a quien mencionó elogiosamente en Mein Kamp además de hacer referencia a Los Protocolos.
Ford se retractaría más
tarde de sus ataques a los judíos, pero aún así mostraría su admiración por el
Tercer Reich y sería incluso condecorado por los nazis.
Cuando los nazis llegaron
al poder, Los Protocolos llevaban en Alemania
más de treinta ediciones.
En 1930 el libro se
publicó en Argentina.
En 1935 un tribunal de
Berna definió Los Protocolos como un
disparate y una falsificación cuyo único propósito era alimentar el desprecio y
el odio a los judíos, y pidió que se prohibieran. No sirvió de nada.
En los últimos años de la
época de Stalin, la URSS vivió una
ola de antisemitismo auspiciada por las autoridades. Se publicó allí por
entonces una nueva versión de Los Protocolos pero
modificados de tal forma que igualaban “el judaísmo internacional” con “el
capitalismo internacional”. Como respuesta, en 1964 el Senado de los EEUU publicó un informe en el que condenaba Los Protocolos.
El libro no fue condenado
por un tribunal ruso hasta 1993. La última edición databa del año anterior,
1992.
Se ha seguido publicando y
distribuyendo en todo el mundo.
En 1968 el Instituto
Islámico de Beirut imprimió 300.000 copias en francés, italiano, castellano y
árabe.
En 1972 se volvió a
publicar en España y en Egipto.
En 1974 en la India.
En 1977 de nuevo en EEUU,
y al año siguiente en el Reino Unido.
En 1987 de nuevo en Japón.
En 1988 la organización
palestina Hamás publicó Los Protocolos. Hoy sigue apoyándose en ellos para
justificar sus acciones.
En 1990 otra vez en
Damasco.
En 1992 Los Protocolos eran lectura obligada en algunas escuelas
católicas de México.
En su informe anual sobre
el antisemitismo en el mundo correspondiente a 1995, la universidad de Tel Aviv
daba cuenta de nuevas ediciones de Los Protocolos en EEUU, Estonia, Eslovaquia, Ucrania, Irán, Dinamarca y Australia.
Gracias a la apertura de
los archivos soviéticos, en 1999 el historiador ruso Mijail Lepejine averiguó la identidad del verdadero autor de Los Protocolos, Golovinsky, que vivió sus últimos años
protegido por los bolcheviques.
Mijail Lepejine
En el año 2000, la Liga
por la Defensa Cristiana distribuía por los EEUU copias de El judío internacional, el libro de Henry Ford.
En 2002 varios canales de
televisión árabes transmitieron la serie El caballero
sin caballo, basada en Los Protocolos. El semanal
egipcio Roz-al-Yussuf alabó la serie pues, según
decía, demostraba que Los Protocolos son la línea central que domina la política
israelí.
Los
Protocolos son muy fáciles de encontrar en internet. Además, hoy en día este libro, junto a Mi
Lucha, cuenta con gran éxito en el mundo musulmán.
En 2005 se publicó un cómic del tristemente
desaparecido Will Eisner. Lleva por título La
Conspiración. La historia secreta de los Protocolos de los Sabios de Sión
(Norma), y en él se relata casi todo lo que acabo de contar, de forma clara
y amena. Si a alguien le interesa realmente este tema, creo sinceramente que merece la pena echarle un vistazo.
Los Protocolos
de los Sabios de Sion es un libro creado y publicado con el único propósito de infundir odio
a los judíos. Lo peor del asunto es que, aunque está sobradamente demostrado
que es un panfleto falso y además un plagio, muchos continúan hoy tomándolo en
serio. Umberto Eco explicó, a
modo de denuncia, el “razonamiento” de estas personas: “Los Protocolos podrían ser falsos, pero expresan exactamente lo
que los judíos piensan y por tanto deben ser considerados auténticos”.
https://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=3&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjJ-4yMtoXPAhVMGZAKHVsuAJ4QFggmMAI&url=http%3A%2F%2Fwww.bcn.cl%2Fobtienearchivo%3Fid%3Ddocumentos%2F10221.1%2F43178%2F1%2F188322.pdf&usg=AFQjCNFCFC723y8Mi__UGXJDbE19yqaMpg&sig2=kMTcxwCnu_ZCMjUFaQGjJw&bvm=bv.132479545,d.Y2I
ResponderEliminarMAS DUDAS? https://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=7&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwi5meWxuIXPAhWMhpAKHaj4A3QQFghCMAY&url=http%3A%2F%2Fwww.bcn.cl%2Fobtienearchivo%3Fid%3Ddocumentos%2F10221.1%2F43174%2F1%2F188315.pdf&usg=AFQjCNG7mnJugNX_do_rfp_gG4xBMwIpRA&sig2=o7qdDQluaRZrIRL7Y5W1kw&bvm=bv.132479545,d.Y2I
ResponderEliminarY SIGUES AUN DUDANDO? https://www.youtube.com/watch?v=jLq1RPZt1cA
ResponderEliminarY DE YAPA!!! https://www.google.com.ar/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwiNoZP5vIXPAhWKIpAKHcBSB6kQFggcMAA&url=http%3A%2F%2Fwww.bcn.cl%2Fobtienearchivo%3Fid%3Ddocumentos%2F10221.1%2F43182%2F2%2F211342.pdf&usg=AFQjCNEYPJL3rQivPopP9_RJlcerQkr06g&sig2=lndv57lm0U6AhQ3PtyIFLQ&bvm=bv.132479545,d.Y2I
ResponderEliminarGracias por darme la razón.
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