"Bolchevismo sin máscara": propaganda nazi sobre el mito judeobolchevique
Con
sus crímenes de masas, los soviéticos ofrecieron a los nazis la ventaja
de la promesa de una guerra de liberación. La trágica coincidencia fue
que cuando los soviéticos tuvieron a punto los trenes para llevar a cabo
sus masivas deportaciones, los alemanes tenían dispuestos los suyos
para invadir la URSS. Cuando los germanos cruzaron la frontera el 22 de
junio, hacía solo una semana que los soviéticos habían perpetrado una
oleada de deportaciones, pero tenían preparada otra aún mayor para
finales de mes, de modo que sus cárceles estaban repletas. Tanto Hitler como Stalin eran muy conscientes de que la alianza que habían
firmado en 1939 tendría fecha de caducidad más pronto que tarde, pero el
primero se adelantó en finiquitarla. De hecho, Stalin se empeñó en creer que todas las
informaciones que había recibido acerca de la invasión alemana no eran
más que una sarta de mentiras, de modo que no se había podido preparar
una evacuación ni una defensa. En tal caso los prisioneros eran la
última prioridad, así que muchos fueron asesinados por sus guardianes
justo antes de huir. Cuando los alemanes llegaron a los países bálticos
contemplaron los cadáveres frescos, igual que en Ucrania occidental.
Así, el proyecto soviético de destrucción del Estado coincidió con el
nazi en espacio y en tiempo.