Después de varias sesiones de yoga y de leer veinte libros de autoayuda, descubrió que era una gran persona, que tenía que luchar por cumplir sus sueños, que la vida merece la pena y que no se puede vivir con rencor. Así, mientras afilaba un cuchillo, decidió que en lugar de suicidarse abriéndose el vientre era mucho mejor abrir el de todas las personas que le habían decepcionado.
viernes, 17 de julio de 2015
miércoles, 8 de julio de 2015
El moco
Estoy viéndole la boca a una mujer. Sarro a toneladas, muelas podridas, halitosis pestilente. "Es que soy muy marrana", reconoce. Y por si hiciera falta más confirmación, mientras contemplo el panorama se saca tranquilamente un moco, lo hace bolita y lo arroja a un lado. Me digo que menos mal que llevo gafas y mascarilla, porque le podría haber dado por tirármelo a la cara, situada a escasos centímetros de la suya.
Hay personas que dicen tener pánico al dentista. Yo tengo auténtico terror a algunos pacientes.
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