Voy caminando muy
animado a hacerme un análisis de sangre y una ecografía de abdomen, pensando
que aún soy joven para morir.
La chica que me hace la
eco es muy amable y se esfuerza por tranquilizarme ante el hecho incontestable
de que mi vesícula parezca una plantación de pólipos.
Entonces decido pensar
en otra cosa y me pongo a meditar sobre la evolución de la representación
estereotipada que hemos tenido de las ecografías a lo largo de su historia.
La primera imagen es la
de unos barcos de guerra tratando de encontrar submarinos enemigos mientras las
tripulaciones de éstos esperan angustiadas bajo el agua.
La segunda es de una
embarazada con un médico al lado y una pantalla que ella mira muy emocionada
sin entender nada de lo que ve.
La tercera es la de la
chica que me ha hecho la ecografía, que cuando termina se levanta y me da un
papel para que me limpie todo eso que tengo desparramado por la tripa.
Y en ese momento, como
otras veces, pienso que hay que tener fe en la humanidad.
Jajajajaja... Pues imagínate si fueras tía y vas al ginecólogo.
ResponderEliminarParece mentira que tú despotriques contra la "raza" médica.
Besos.
No despotrico nada, al revés ;) Y es verdad que la chica fue muy maja.
EliminarLo que quiero decir es que la evolución de las ecografías es un motivo para tener fe en la humanidad. Que no te enteras, Anita :P
Un beso.
Ahhh, joer, es que interpreté que la tía te pareció una borde... (estoy mujy rubia últimamente, je, deben ser las muelas del juicio :-P)
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