En estos días de asueto he estado entretenido viendo los vídeos de los discursos que ha dado Pablo Iglesias en su reciente visita a Argentina (sí, soy así de especialito). Por si alguien tiene curiosidad, los tiene todos colgados en su perfil público de Facebook.
Lo primero que voy a hacer es recomendar un curso de ética periodística, como esos que daba Juanjo de la Iglesia en Caiga Quien Caiga, a La Gaceta:
No, Pablo Iglesias no ha reconocido eso, sino más bien que "América Latina fue la escuela en la que aprendimos a pensar la política". Ya digo que he escuchado los discursos y diría que en ningún momento ha mencionado ni el chavismo ni a Maduro. Tampoco le hace falta, ya elogió a Chávez bastante cuando este murió:
Teniendo en cuenta la situación actual de Venezuela, habría sido muy torpe por parte de Pablo Iglesias hacer alguna referencia concreta y elogiosa a la misma. Ahora simplemente no toca. Su partido se limita a vetar en el Congreso, junto a Esquerra Republicana de Catalunya, cualquier iniciativa en contra del régimen de Maduro. Además, en Argentina Pablo en realidad ha hecho algo peor que elogiar a Maduro y que seguramente se les ha pasado a los de La Gaceta: ensalzar al carnicero del Che Guevara (a partir del minuto 42).
No obstante, es obvio que cuando Pablo reconoce la influencia de América Latina en Podemos, está en realidad reconociendo la influencia de la izquierda latinoamericana en Podemos. Y bueno, la izquierda latinoamericana así, en general, es ciertamente digna de elogio, aunque solo sea por haber hecho frente a la derecha latinoamericana, parte de la cual ha sostenido unas cuantas dictaduras y que siempre ha tenido detrás a los EEUU. El problema del discurso de Pablo Iglesias es la falta de autocrítica. Porque esa izquierda latinoamericana, aparte del Che, la dictadura castrista, Sendero Luminoso, las FARC y otros protagonistas indeseables, también incluye el chavismo y otros movimientos populistas con los que sus críticos siempre relacionan a Podemos ante el enfado ocasional de sus dirigentes. Y ahora ha venido Pablo Iglesias a darles las razón a esos críticos de Podemos. Si habla de la izquierda latinoamericana así, en general, sin tacha alguna, está dando a entender que la asume al completo.
Pablo Iglesias además se ha reunido con la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, a la que ha comparado con Eva Perón. Recordemos que Cristina Fernández está inmersa en causas por corrupción y como encubridora del caso AMIA, uno de los peores atentados ocurridos en Argentina, en el que murieron 86 personas y resultaron heridas más de 300. Asimismo, Pablo ha reconocido en una entrevista las raíces peronistas de Podemos.
Bien, pues he de decir que, dejando aparte al Che, los Castro y demás esperpentos leninistas, no me gustaría nada ver en el poder de mi país a una formación que tenga algo que ver con:
Puerto de Indias (Sevilla), atribuido a Alonso Sánchez Coello
Vi la serie de Alberto Rodríguez y bueno, en líneas generales me gustó, aunque la trama principal
parezca inspirada en un thriller
estadounidense.
Antes de seguir, tengo
que decir que esta entrada va más bien sobre los aspectos históricos de la
serie, pero advierto a navegantes que a partir de ahora OBVIAMENTE HABRÁ DESTRIPES.
Después de acabar de
verla, he leído un par de críticas sobre la serie, una buena y otra mala. La buena es de un
colega bloguero, John Surena:
Me han parecido muy
interesantes ambas, y digamos que yo, en mi humildad, me situaría entre ellas
(para aprender, más que nada).
Estoy de acuerdo con la
primera crítica en que la ambientación, la recreación de la época con sus epidemias de peste y todo eso,
parece muy logrado. Está muy bien que en la serie se pongan de manifiesto cosas
como la presencia opresiva de la Iglesia, la persecución a los homosexuales y
la marginación de la mujer. En ese sentido me ha encantado que aparezca una
pintora que, como bien señala John, está inspirada directamente en auténticas
mujeres artistas de la época cuya existencia se ha ocultado durante siglos solo por
misoginia. De hecho, muchas tenían que firmar sus obras con un pseudónimo
masculino.
También es loable, como
indica John, que en la serie aparezcan esclavos, muy abundantes en aquel
momento. Porque, como bien escribe John, existe la creencia generalizada, aún hoy, en un Imperio español no-esclavista
por motivos religiosos cuando la verdad histórica es que resultó al contrario y
el uso de la coerción a la hora de obtener mano de obra (a través de
subterfugios en el caso de los indios americanos, ya que no se les podía
esclavizar formalmente, o usando la esclavitud de facto en el caso de la
población negra) resultó capital para la economía del Imperio de los Austrias
casi en la medida en que lo fue para los romanos. Esto es un hecho, como lo fue
en el caso portugués, y no deberían oscurecer el análisis de esta cuestión las
valoraciones sobre si los ingleses o los franceses u otros hacían lo mismo o
peor. Porque esa no es la cuestión. Sevilla fue, además de muchas otras cosas,
un mercado de esclavos y no pasa nada por admitirlo. Lo contrario es intentar
“blanquear” la historia cuando no nos gusta la imagen que proyecta sobre
nuestros antepasados.
También estoy de
acuerdo con John, y aquí han metido la pata en la serie, en que persiste el
mito de que el principal metal precioso que se traía de la América española era
el oro, cuando en realidad se trataba de la plata.
En cuanto a la fábrica
de añil, sí hubo alguna en Andalucía, en lugares como Écija (Sevilla) o Guadix
(Granada), después de que su cultivo se importara de América. De hecho,
discrepo con John en que sea acertada la frase de uno de los personajes de la
serie cuando dice al respecto que "debe ser de las pocas fábricas
sevillanas que exporta algo". La verdad es que en aquel momento Sevilla,
en su papel de Puerto de Indias, era algo así como la capital del comercio
mundial, cosa que creo que tampoco se pone muy de manifiesto en la serie. Y entrando ya
en la crítica de Roca Barea, acierta cuando dice que se exportaban muchas manufacturas locales desde ese puerto: loza,
paños, libros, vino, sal... y hasta sofisticados productos farmacéuticos
trasatlánticos como la quinina, que era el no va más de la medicina de la época.
Yo añadiría el trigo y el aceite, por ejemplo.
También parece absurdo,
como señala Roca Barea, que aparezcan tantas velas encendidas incluso a plena
luz del día.
En cuanto a la Biblia del Oso, que realmente existió,
dice Roca Barea que al protagonista, impresor de aquel libro y protestante, quizá le
hubiera ido como a Miguel Servet, o sea, muy mal, si hubiese logrado su propósito
de escapar a Ginebra con los calvinistas, sobre todo por el discurso que se
marca borracho en una taberna: en Ginebra estaban prohibidos el alcohol y la
música, las tabernas habían sido cerradas y el panteísmo estaba muy mal visto
como en toda la cristiandad. Sabemos que el autor de la Biblia del Oso,
Casiodoro de Reina, se convirtió al protestantismo y efectivamente huyó a
Ginebra, mientras la Inquisición quemaba su imagen en un auto de fe y prohibía
sus obras. Pero de Ginebra salió por patas después de ver cómo los calvinistas quemaban a Servet. Estuvo en Inglaterra, donde tampoco le fue demasiado bien, y
terminó muriendo en Fráncfort después de pasar por Amberes. Digamos que se pasó
la vida huyendo de unos y otros.
Roca Barea comenta que
el personaje del médico Monardes (confusamente
tocado con un gorrito que recuerda la kipá judía) se queja de que si la
Iglesia supiera que emplea piñas para cicatrizar heridas, como los indios,
"lo quemaban todo conmigo dentro. Por brujo. Con la mitad de todo lo que
aquí hay se podrían curar más de cien enfermedades y, sin embargo, tengo que
esconderlo". Roca Barea recuerda con acierto entonces que donde más se
quemó a la gente por brujería no fue en España, sino más al norte, sobre todo
en territorios protestantes, y como prueba nos remite a la Wikipedia. En su
libro, Roca Barea emplea los trabajos del estudioso de la Inquisición, Gustav
Henningsen, para darnos algunos datos: en la Edad Moderna fueron quemadas unas
50.000 personas acusadas de brujería, la mitad en territorios alemanes; 4.000
en Suiza (en la Wikipedia pone que 10.000); 4.000 en Francia; 1.500 en Inglaterra...
y en España, el número de brujas quemadas por el Santo Oficio fue de 27. La diferencia me parece abrumadora,
sobre todo porque también está muy extendida la imagen de la Inquisición
española quemando brujas y herejes día sí y día también. De hecho, así termina
la serie: con los herejes ardiendo en la hoguera. Como bien señala John, los autos de fe finalizados en ejecuciones
en la hoguera resultaban bastante esporádicos y para nada tan comunes como a
veces la imaginación popular ha pretendido, y Roca Barea nos da también un
número exacto de protestantes víctimas de la Inquisición española: 12, los cuales han dado lugar a tantos libros,
comentarios y menciones que parecen doce mil. Los mártires católicos que
produjo el protestantismo pueden competir con la guía de teléfonos de una
ciudad mediana.
La última crítica de
Roca Barea a la serie es sobre una frase
genial: «Se embarcan los deshechos, los que aquí no tenían futuro, esperando
volver a empezar». Hay pocas migraciones en la Historia de Occidente más
supervisadas, cuidadas y mimadas que la que fue al Nuevo Mundo desde España. A
Cervantes no le fue permitido viajar. ¿Por qué? Pues porque no tenía oficio ni
beneficio. Había sido soldado pero ya no podía serlo tras quedarse manco. Y
había que evitar que las Indias se llenaran de aventureros sin cualificar.
Bien, el debate que se
plantea aquí es: ¿hasta qué punto el Imperio español, la España de la Edad
Moderna, fue ese lugar oscuro, tenebroso, atrasado, represivo, en permanente bancarrota y
fallido -John lo compara con la URSS de Stalin-, o más bien, como se nos quiere
hacer creer por otro lado, representa una época gloriosa de la historia de nuestro
país, regido por grandes gobernantes y, en fin, en su máximo esplendor?
Pues creo que ni una
cosa ni la otra, pero sí me parece fundamental encontrar una perspectiva
adecuada para contemplar nuestra historia. Una perspectiva basada en la verdad
de los hechos, vaya.
Es importante destacar
los aspectos más oscuros de la sociedad de entonces: la marginación de las
mujeres y las persecuciones a herejes, brujas, homosexuales y otros grupos. Hay
que hablar también de la esclavitud y hay que hablar de
la Inquisición, por supuesto, pero desmitificándola. La Inquisición, que se ha
convertido en la encarnación de todo mal, para empezar ni siquiera surgió en
España, sino en Francia, en el siglo XII. Su función era reprimir a los herejes,
efectivamente, pero también poner orden, es decir, evitar que cualquiera se
tomara la justicia por su mano y le quemara la casa a un vecino o lo colgara de
un árbol porque se llevaban mal, acusándole de hereje o de brujo. La
Inquisición sometía el delito de herejía a un proceso reglamentado. Sí, hoy
esto nos parecería una barbaridad igualmente, pero no hay que olvidar que estamos hablando de una
institución medieval. Y no solo hay que situar este tema en su contexto, sino
también verlo con perspectiva. Según Jaime Contreras y Gustav Henningsen, entre
1550 y 1700 la Inquisición abrió 44.674 causas, de las que resultaron 1.346
condenas a muerte. Según Henry Kamen, el total de personas ejecutadas por la
Inquisición en toda su historia y territorios en que existió, es de 3.000. Es necesario aclarar además que no todas esas personas fueron acusadas de herejía o
brujería, también de crímenes que así son considerados hoy en día: violaciones,
abusos a menores, contrabando, falsificación de documentos, etc. Según James
Stephen, durante los tres siglos de la Edad Moderna solo en Inglaterra se ejecutó a
264.000 personas.
¿No será que esta
visión tan negativa de la historia de España que seguimos teniendo está un
poquillo influida por nuestra leyenda negra? Quizá Roca Barea exagere con eso
de que estamos echando abajo el trabajo de la Marca España y el Instituto
Cervantes, pues creo que los acontecimientos políticos del último siglo nos han
hecho también mucho daño en cuestiones de imagen, pero a la vez me parece
innegable que desde finales del siglo XIX (o sea, tras la pérdida de las colonias),
los españoles hemos sido muy críticos en general con nuestra propia historia,
quizá demasiado, cosa que han aprovechado los apologistas de nuestra leyenda
negra, que a su vez suelen hacer propaganda en favor de los protestantes. Lo
dice también García de Cortázar: "en España hemos sido muy torpes a la hora de
contar nuestra historia. No sólo no hemos tenido sentido de la propaganda sino,
al contrario, hemos cultivado un sentido justiciero de nuestra propia historia
que ha permitido la pervivencia de mitos muy dañinos".
No creo que la
situación de la España del siglo XVI fuera la ideal, pero tampoco tan
desastrosa como se da a entender con frecuencia teniendo en cuenta el contexto.
Resulta muy difícil de entender que un país en continua crisis, que iba de
bancarrota en bancarrota y que además estaba atrasado, política, económica e
intelectualmente, fuera capaz de crear el primer imperio mundial de la historia
y que lo mantuviera durante más de tres siglos. Un imperio cuya estabilidad y prosperidad fueron mucho más duraderas que las de cualquier imperio colonial creado después por el resto de potencias de Europa Occidental (Inglaterra, Países Bajos, Francia, Portugal, Alemania, Bélgica o Italia). Eso por no hablar del Siglo de Oro español.
Es verdad que el
panorama español en el siglo XVII no era para tirar cohetes, pero es que
hubo una crisis que afectó a toda Europa, por eso es importante situar los
hechos en su contexto. Una crisis en la que por cierto tuvo mucha influencia
cierto cambio climático que se dio por entonces y que se conoce como Pequeña
Edad de Hielo. El descenso demográfico que hubo en España a principios de aquel
siglo se debió, entre otras cosas, a la migración a América (que no estaba
formada por prófugos, como los calvinistas del Mayflower) y a la expulsión de los moriscos.
Si nos situamos en el
Siglo de las Luces, desde luego el resto de países europeos no es que
estuvieran en su mayor momento de esplendor, ni en el terreno de las libertades
ciudadanas ni en el de la economía. En lo intelectual es el siglo de la
Ilustración, pero es que también hubo una Ilustración española como la hubo
inglesa, francesa y de otros lugares. Fijémonos en Francia. Su participación en
la Guerra de Sucesión española arruinó a nuestro país vecino y agravó allí la
tremenda hambruna de 1709, una de las peores ocurridas en Europa desde el
Renacimiento y que mató a cientos de miles de personas. A lo largo del siglo
XVIII hubo muchas decenas de levantamientos en Francia provocados por el hambre.
Pero vamos, que lo de las revueltas en Francia por causa del hambre para
entonces ya era una tradición. La justicia francesa era inexistente y las detenciones
arbitrarias mediante la lettre de cachet
eran la norma. Se habla mucho de la toma de la Bastilla en 1789, lo que no es
tan conocido es que aquella acción se debió precisamente a que la famosa cárcel
se había utilizado durante mucho tiempo para encerrar a las víctimas de los
abusos monárquicos. En fin, que en esas condiciones no es raro que estallara
una revolución en Francia y lo que llama la atención es que no ocurriera antes.
En Francia, por cierto, se perseguía a los protestantes, y en Inglaterra a los
católicos... y a todos los que no fueran anglicanos. Es muy gracioso que a
María I, que era católica, la llamen Bloody
Mary por matar a 284 protestantes cuando los reyes anglicanos, empezando
por su padre Enrique VIII y continuando con su hermanastra Isabel I, fueron
bastante más sanguinarios. Por no hablar de la Gran Hambruna que provocaron los
ingleses en la católica Irlanda a mediados del siglo XIX.
En cuanto a la América
española, la situación de los indígenas en el siglo XVI, tras la llegada de los primeros conquistadores, por supuesto era nefasta debido al criminal comportamiento inicial de estos y a las enfermedades epidémicas que involuntariamente llevaron consigo. Aunque tampoco resultaba envidiable bajo el dominio de los incas o los aztecas, motivo por el que el imperio se construyó gracias a pactos entre los españoles y distintos pueblos indígenas. En los siglos XVII y XVIII, distando mucho de ser ideales las condiciones de vida de los indígenas, desde luego fueron mucho mejores que en el XIX y el XX cuando, tras la independencia de los Estados hispanoamericanos, se les marginó y persiguió con el objeto de hacerlos desaparecer ya que no encajaban en las sociedades modernas.
Con el Imperio español pasó algo muy llamativo, y es que en 1551 la flor y
nata de los legisladores y teólogos se reunieron en Valladolid para discutir
acerca de los derechos de los indios. No es muy común que un imperio en plena
expansión detenga sus máquinas para debatir la legitimidad moral y legal de sus
conquistas. Y como como pone en la Wikipedia,
"no hubo una resolución final, aunque fue el inicio de un cambio que se
tradujo en más derechos para los indígenas".
Para España sus territorios
en América no eran simples colonias, en realidad eran la España de ultramar. La
intención de España era reproducir la metrópoli en América, por eso los
españoles construyeron tantas ciudades, caminos, hospitales, escuelas y universidades allí. Para ilustrar esta cuestión, dejo algunas fotos que hice en el Museo del Ejército, en Toledo:
Para acabar, en su
libro Roca Barea da una explicación a por qué EEUU ha sido desde su creación
una nación exitosa, mientras que las repúblicas que surgieron del Imperio
español en América han experimentado un fracaso tras otro. Existe un esquema
mental al respecto, el cual procede de la historiografía del siglo XIX, que
viene a achacar la responsabilidad de este asunto a quienes colonizaron unos y
otros territorios. El resumen sería que Norteamérica (o EEUU) es próspera
porque allí hubo colonias inglesas, mientras que los países fracasados
surgieron precisamente en territorio hispano. El debate es muy interesante y
creo que la autora lo resuelve de forma acertada. Hubo un Imperio español en
América que duró más de tres siglos, y hubo un proyecto de imperio británico en
el territorio de EEUU que fracasó. Los españoles llegaron a América en 1492 y
en cincuenta años habían conquistado más de quince millones de kilómetros
cuadrados (con la inestimable ayuda de muchos indígenas, por supuesto). En 1584
Sir Walter Raleigh exploró una zona de Norteamérica a la que llamó Virginia (en
honor a Isabel I, conocida como "la Reina Virgen"), pero su intento
de establecer allí una colonia no prosperó. El primer asentamiento inglés en el
Nuevo Mundo fue Jamestown (Virginia), fundada en 1607. Tres años después habían
muerto el 80 por ciento de los colonos. En 1620 llegó a América el Mayflower, un acontecimiento considerado
por la mitología fundacional como el origen de las famosas Trece Colonias y por
tanto de EEUU. Hay que señalar que aquel barco iba tripulado por puritanos
(similares a los calvinistas) que huían de las persecuciones anglicanas. Los
prófugos del Mayflower fundaron la
colonia de Plymouth. Ciento cincuenta años después, los colonos ingleses habían
podido llegar a controlar un territorio aproximadamente tan grande como España.
A finales del siglo XVIII, cuando EEUU se independizó de Inglaterra, los
territorios americanos controlados por España, además de mucho más extensos,
eran asimismo mucho más prósperos que los del Norte. En 1800 la América
española contaba con las ciudades más pobladas y con las mejores
infraestructuras del continente. México tenía 137.000 habitantes, y Lima,
Bogotá y La Habana superaban los 100.000. En cambio Boston, una de las ciudades
más pobladas del Norte, tenía 37.000. La prosperidad en el Norte se alcanzó
después de la independencia, no antes. A comienzos del siglo XIX el Imperio
español estaba cerca de su final, mientras que el del Norte, que era
estadounidense y no inglés, comenzaba a expandirse: en sesenta años multiplicó
por ocho su superficie.
En resumen, el Imperio
español era próspero, al menos en comparación con otros lugares de su época,
mientras que la prosperidad de EEUU se debe a los propios estadounidenses, no a
los ingleses. Así pues, la suerte que han vivido los países americanos tras su
independencia no parece que guarde mucha relación con sus respectivos
colonizadores. Quedarían por explicar los motivos de las sucesivas crisis que
han vivido las repúblicas independizadas de España en América. Como imperio que
es, tras expandirse rápidamente los EEUU se han caracterizado desde el siglo
XIX por intervenir en el resto del continente americano, al que han considerado
su patio trasero, y es innegable que este intervencionismo (o imperialismo) ha
condicionado en gran medida su historia. Pero esto, que es cómodo y
tranquilizador porque echa todas las culpas a otro, no explica del todo la
crisis permanente que existe en Hispanoamérica desde hace dos siglos (una
crisis que quizá sí explica las intervenciones yanquis en esos países, y no al
revés). Copio unas palabras de Roca Barea al respecto:
"No es asunto de
este libro, pero hago notar que los territorios de un imperio, cuando este se
derrumba, pasan por una larga etapa de problemas sociales y políticos, y se ven
arrastrados por toda suerte de tendencias disgregadoras que generan una enorme
conflictividad. Y esto sucedió en Hispanoamérica y en España por igual. El
feudalismo es el resultado de la caída del Imperio romano, esto es, del fracaso
del Estado. Se genera automáticamente una situación feudal siempre que se
produce esta quiebra estatal, porque el feudalismo no es más que la búsqueda de
alianzas personales por encima de la ley. El mundo se vuelve demasiado inseguro
para confiar en extraños. Consciente de que la situación de Hispanoamérica era
pareja a la de Europa tras el fin del Imperio romano, Simón Bolívar dijo que
era necesario dejar que América del Sur hiciera su Edad Media. De semejante
manera, viven los Balcanes en una situación de angustia permanente. Las
terribles guerras que allí se han comenzado tienen una relación directa con el
final del Imperio otomano y el Imperio austrohúngaro. El Imperio español hizo
durante varios siglos que el milagro e
pluribus unum fuera posible, y cuando el imperio faltó, afloraron todas las
diferencias de sustrato, que eran enormes, y lo que triunfó fue ex uno, plures".
De aquí se podrían
extraer algunas conclusiones. Una sería que el Imperio español se asemejaría
bastante más al romano que a la URSS, por ejemplo. Y otra sería una pregunta:
¿qué pasará cuando se acabe el Imperio estadounidense, del que por cierto
formamos parte?
La
ofensiva de 1919 no se llevó a cabo, pero su filosofía ha seguido
viva (…). Quizá la próxima vez se trate de matar a mujeres, niños
y toda la población civil.
Winston Churchill, 1925
Se ha resuelto que el objetivo principal de sus operaciones debe ser minar la moral de la población enemiga y, en especial, la de los trabajadores industriales.
Directiva del Bombardeo de Área del Ministerio del Aire británico al Mando de Bombardeo de la RAF, 14 de febrero de 1942
Supongo que está claro que los objetivos [de los bombardeos de área] deben ser los núcleos de población y no, por ejemplo, los astilleros o la industria aeronáutica (...). Esto debe quedar bien claro si aún no se entiende.
Charles Portal, jefe del Estado Mayor de la RAF, en respuesta a la Directiva del Bombardeo de Área, 15 de febrero de 1942
El objetivo de la ofensiva combinada de bombardeo (...) debe declararse sin ambigüedades [como] la destrucción de las ciudades alemanas, la muerte de los trabajadores alemanes y la desarticulación de la vida social civilizada en toda Alemania. (...) Debería subrayarse que la destrucción de edificios, instalaciones públicas, medios de transporte y vidas humanas, la creación de un problema de refugiados de unas proporciones hasta ahora desconocidas y el derrumbe de la moral tanto en la patria como en los frentes de guerra por medio de unos bombardeos todavía más amplios y violentos, constituyen objetivos asumidos y deliberados de nuestra política de bombardeos. En ningún caso son efectos colaterales de los intentos de destruir fábricas.
Carta de Arthur "Butcher" Harris, mariscal del aire y jefe del Mando de Bombardeo de la RAF, a Charles Portal, 25 de octubre de 1943
Aunque Overy en ella se refiere sobre todo a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, cuenta también cómo ese tipo de ataques sobre civiles se han prolongado hasta nuestros días, muchas veces con el objeto de obtener beneficios políticos.
Por hacer un pequeño resumen, aunque los bombardeos de ciudades comenzaron ya en la Primera Guerra Mundial, este tipo de estrategia se desarrolló sobre todo en el periodo de entreguerras. Se pensaba que se podría derrotar al enemigo minando la moral de su población a base de machacarla y aterrorizarla con bombardeos masivos, que se podría ganar la guerra desde el aire, siendo los británicos los mayores entusiastas de este tipo de teorías. De hecho, fueron ellos también los primeros en ponerlas en práctica en la Segunda Guerra Mundial.
Curiosamente, la aviación militar surgió con la idea de que cooperara con las fuerzas de tierra y la marina, en un uso que más tarde se denominaría "táctico" para diferenciarlo del "estratégico". El bombardeo estratégico básicamente consiste en utilizar la fuerza aérea de forma independiente para atacar la retaguardia enemiga, y ahí entra el bombardeo de ciudades como parte también de la guerra total, es decir, la que implica directamente a la población civil.
Como ya he dicho, fueron los británicos los primeros en poner en práctica el bombardeo masivo de ciudades en la Segunda Guerra Mundial, y también quienes lo hicieron en mayor magnitud. Aunque se podría pensar que los nazis serían grandes partidarios de la guerra total, lo cierto es que, a diferencia de la RAF, la Luftwaffe se había formado como una fuerza aérea táctica. Por eso, con la excepción de los bombardeos precisamente sobre el Reino Unido, los alemanes no llevaron a cabo ninguna campaña de bombardeo estratégico pues no las consideraban útiles (y las campañas de bombardeo contra los británicos se hicieron en respuesta a ataques de estos sobre suelo alemán). No es que no bombardearan ciudades, que lo hicieron, sino que dichos bombardeos se llevaban a cabo habitualmente como apoyo directo a las fuerzas de tierra germanas, es decir, justo antes de que estas ocuparan las poblaciones atacadas. No obstante, los nazis podrían haber sido juzgados por esos bombardeos en Núremeberg, pues al fin y al cabo dichas acciones eran contrarias a las leyes de la guerra. Pero claro, los alemanes a la vez podrían haberse defendido señalando que los Aliados habían hecho exactamente lo mismo, de manera que se prefirió soslayar el tema.
En la Segunda Guerra Mundial murieron cerca de dos millones de personas por los bombardeos estratégicos (Overy habla de un millón, pero se queda corto), que sirvieron básicamente para eso, para matar a muchos civiles. Los bombardeos no quebraron la voluntad de continuar luchando de ningún país, y en realidad jamás lo han hecho. En las ciudades bombardeadas la gente se organizaba para protegerse y reducir las bajas, y en Alemania, por ejemplo, los ataques aéreos no solo no frenaron el esfuerzo de guerra, sino que este fue aumentando a lo largo del conflicto. Los nazis solo fueron derrotados cuando los ejércitos de tierra aliados ocuparon su país. Es más, los Aliados occidentales tomaron la costumbre de liberar territorios arrasándolos primero con bombardeos, y así causaron más de 60.000 víctimas civiles en Francia y otras tantas en Italia.
El poder aéreo aliado lograba sus mayores éxitos cuando apoyaba a las fuerzas de tierra y a la marina, en operaciones anfibias y en el avance por tierra hacia Alemania. Es decir, en acciones tácticas.
Los estadounidenses, que al comienzo de la contienda se manifestaron en contra de los bombardeos a la población, recogieron el testigo de los británicos y terminaron haciendo lo mismo que ellos: participaron en la campaña de bombardeo estratégico sobre Alemania, arrasaron las ciudades niponas con bombas incendiarias e incluso lanzaron dos bombas atómicas en Japón de forma totalmente innecesaria, pues el bloqueo económico y la invasión soviética de Manchuria habrían conducido a la capitulación japonesa en cuestión de semanas. Después, al no poder lanzar más bombas nucleares debido el contexto de la Guerra Fría, continuaron empleando la estrategia del bombardeo de saturación en Corea, Vietnam, Laos (proporcionalmente la nación más bombardeada de la historia) y Camboya. Hay que señalar que en Vietnam, y sobre una población subdesarrollada, los EEUU lanzaron más bombas que en toda la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de provocar el derrumbe de Vietnam del Norte y "democratizar" el país. Pero no lo consiguieron y todo Vietnam se volvió comunista.
Con excepciones como la Guerra de las Malvinas, en la que la fuerza aérea se empleó exclusivamente -y de forma exitosa- como apoyo del ejército de tierra y la marina, la misma estrategia errónea de los bombardeos masivos la hemos visto repetida durante las últimas décadas en otros lugares y con similares resultados: en los Balcanes, Afganistán (tanto por parte de los soviéticos como de los estadounidenses), Irak, Libia, Yemen y Siria. En este último país, hoy mismo, las fuerzas gubernamentales y rusas sobre todo, pero también las estadounidenses y turcas, machacan a la población civil de forma constante. Los bombardeos sobre territorios controlados por los rebeldes sirios o por el Estado Islámico, lejos de haberlos derrotado, lo que consiguen es aumentar su sed de venganza. Y, como antaño, estos bombardeos también se tratan de justificar bajo la excusa de haberse realizado buscando objetivos militares, se habla de "daños colaterales", o directamente se intenta deshumanizar a las víctimas: hoy se tacha de salvajes a quienes sufren los ataques en los territorios controlados por los rebeldes sirios o por el Estado Islámico, como hace un siglo eran tachados de primitivos quienes se levantaban contra el Imperio Británico y eran bombardeados por ello, o como en la Segunda Guerra Mundial se calificaba de bárbaros a los alemanes y a los japoneses.
Afortunadamente cada vez está peor visto por la opinión pública esto de los bombardeos, gracias entre otras cosas a la labor de los historiadores, como el propio Overy. Y por cierto, a pesar de que en esta entrada no he dejado a los hijos de la Gran Bretaña en muy buen lugar, también he de decir que hoy en día son precisamente los historiadores británicos quienes ofrecen las mejores obras sobre la Segunda Guerra Mundial, quizá porque no necesitan justificar ya ningún imperio.
El otro día leí una noticia acerca de una mujer diagnosticada de cáncer, que había muerto tras abandonar el tratamiento convencional y asegurar en vídeos colgados en internet que se había curado gracias a sus rezos, a beber zumos y a una dieta crudivegana. Cuando empeoró, Mari Lopez aceptó someterse a quimio y radioterapia, pero ya fue tarde.
Uno se pregunta qué clase de ideas le están metiendo en la cabeza a la gente los adalides del pensamiento positivo y posmoderno y la medicina natural para que ocurran cosas así. El caso de Mari Lopez es grave no solo porque haya muerto, sino porque para colmo parece ser que su sobrina Liz, que aparecía en los vídeos con ella, continúa convencida de que los zumos, las verduras crudas y rezar, sirven para curar enfermedades.
La pregunta que hay que hacerse no es solo qué clase de ideas son esas, sino también qué clase de personas las propagan. Y así llegamos al caso de Belle Gibson.
Belle Gibson es una bloguera australiana nacida en 1991 y defensora de la medicina alternativa, que en 2013 afirmó públicamente que cuatro años antes se le había diagnosticado un cáncer cerebral con metástasis, es decir, terminal. Según dijo, había abandonado el tratamiento médico sustituyéndolo por terapias naturales: dejar de comer gluten, lácteos, carne, conservantes y productos transgénicos, hacer prácticas ayurvédicas, someterse a irrigaciones colónicas (las lavativas de toda la vida), terapia craneosacral y otros procedimientos alternativos. Gibson aseguraba que su cáncer había aparecido como reacción a la vacuna contra el virus del papiloma humano (comercializada como Gardasil). Hay que decir que en España la oposición a esta vacuna ha partido de conocidos personajes como Gaspar Llamazares, Teresa Forcades, Josep Pàmies y las organizaciones que giran en torno al médico de familia Juan Gérvas, todos ellos enfrentados a la mayor parte de la comunidad médica y científica, tanto en España como en el resto del mundo.
La afirmación de Gibson era un tanto rara, porque el programa de vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) había comenzado en Australia en 2007 para chicas de entre doce y trece años de edad, y ella en aquel momento tenía dieciséis. Pero mucha gente la creyó simplemente porque era una joven cuya vida había sido puesta en peligro por las temibles mafias médicas y farmacéuticas y se había salvado valerosamente rebelándose contra el sistema y eligiendo un estilo de vida alternativo y natural. Y eso vende.
Gibson empezó a contar su historia en 2013 cuando lanzó al mercado una aplicación para móviles llamada The Whole Pantry ("Toda la despensa"), con sus propias recetas mágicas para vencer el cáncer y sus consejos sobre un estilo de vida alternativo que incluían la recomendación de que no se vacunara a los niños, así como el consumo de leche cruda no pasteurizada (en 2014, en el estado de Victoria, donde vive Gibson, un niño de tres años murió y otros cuatro menores de cinco años enfermaron gravemente después de consumir leche cruda). La aplicación fue un éxito, se descargó más de trescientas mil veces, le generó cerca de un millón de dólares en un año, y fue seguida por un libro, un blog y una cuenta en Instagram que llegó a tener casi doscientos mil seguidores. Convertida en un fenómeno mediático, en 2014 una desconsolada Belle Gibson informó a sus seguidores de que tenía metástasis en sangre, bazo, cerebro, útero, hígado y riñones. Entonces aseguró que una cuarta parte de los beneficios que recaudaba por diferentes vías la destinaría a causas caritativas, y que de hecho ya había donado trescientos mil dólares.
Pero el pastel comenzó a descubrirse cuando a comienzos de 2015 las organizaciones a las que se supone que había destinado los fondos denunciaron que no habían recibido ni un centavo. Un mes después Gibson reconoció en una entrevista que se lo había inventado todo, que de cáncer rien de rien, y que era por culpa de una infancia complicada.
La editorial Penguin Australia, que había publicado el libro de Gibson, lo retiró del mercado y tuvo que pagar una multa de treinta mil dólares australianos al Fondo Legal del Consumidor del estado de Victoria por publicar de forma irresponsable las afirmaciones de una autora sin confirmarlas. En septiembre de 2017 Gibson fue condenada a pagar una multa de cuatrocientos diez mil dólares.
Pero claro, el daño ya estaba hecho.
Más información:
-Schwarz, Mauricio-José, "La izquierda feng-shui. Cuando la ciencia y la razón dejaron de ser progres", Ariel, 2017.
"Te quiero, cariño", le repetía siempre antes de dormir. Pero lo hacía con premeditación, nocturnidad y alevosía, porque ni le quería, ni le tenía el menor cariño.
Igual ya estabais
enterados, pero yo no. Resulta que la banca
ética más famosa, Triodos Bank,
está directamente relacionada con una secta: la antroposofía.
La antroposofía es una
invención de un charlatán llamado Rudolf Steiner.
Y para que os hagáis una idea de qué va la vaina, os dejo unos
párrafos de lo que cuenta la Wikipedia sobre la medicina antroposófica:
La sangre se mueve sola: el corazón no la
bombea
Steiner afirmaba que la
sangre es impulsada por sí misma, por su propia dinámica biológica, y se
impulsa inducida por «momentos del corazón». Daba como ejemplo el
descubrimiento de un embrión femenino que ―según Steiner― vivió hasta el final
sin corazón.
Minimizar
la prescripción de medicamentos
Los médicos
antroposóficos se oponen al uso de medicamentos, especialmente antibióticos,
antipiréticos y psicofármacos, y rechazan totalmente la vacunación. Algunos
niños tratados por ellos están vacunados solo contra el tétanos y la
poliomielitis.
(...)
Controversia
La crítica más
específica a este tipo de medicina surge de la oposición de los practicantes de
la antroposófica a la inmunización, y por ende, a las vacunas. Un estudio en
niños de Suecia pertenecientes a escuelas antroposóficas muestra que solo el 18
% recibió la vacuna triple vírica, en comparación con el 98 % de los colegios
convencionales.
En 2003, en Coburgo
(Alemania) se identificó que el foco de origen de una epidemia de sarampión se
encontraba en un colegio antroposófico Waldorf para niños.
Steiner también fue el
creador de las escuelas Waldorf. Si queréis más información sobre Steiner, la
antroposofía y demás, podéis leerla aquí. Y como pone ahí:
¿De verdad es Triodos parte de la
antroposofía?
Este debate es
artificial. Triodos nunca ha ocultado su relación con este movimiento
ocultista, simplemente lo disimula y no lo anuncia demasiado, pero tampoco
parecen avergonzarse de ello. Incluso en sus comentarios sobre esta entrada en
un sitio privado de evaluación de páginas Web (y sin haberme escrito sobre la
entrada), los representantes de Triodos aseguran que esta entrada no dice
"nada nuevo" sobre el origen del banco. Aún así, algunos datos más:
Del preámbulo del acta
fundacional que cualquiera puede descargar y consultar traduzco: "Triodos Bank está
-de modo totalmente libre- asociado con la filosofía iniciada por Rudolf
Steiner, la antroposofía, cuyo movimiento representa un principio clave para el
trabajo de Triodos Bank".
¿Más pruebas de la relación entre Triodos y la antroposofía?
Conozcamos a Joan Antoni Melé según lo que dice su propia web:
(Barcelona, 1951)
Conferenciante y formador sobre valores, fundador de la empresa Taller de
Conciencia, miembro del Consejo Asesor de Triodos Bank, Asesor de la Cámara de
Emprendedores y Empresarios de Cataluña, promotor de la banca ética en España y
Latinoamérica y autor de los libros Dinero
y conciencia y La Economía explicada
a los jóvenes.
Biografía
Con más de 35 años de
experiencia profesional en el sector de la banca, ha sido subdirector general
de Triodos Bank en España, miembro de su Comité Ejecutivo y vicepresidente de
la Fundación Triodos. En enero de 2015 renunció a su cargo para promover la
banca ética por América Latina y dedicarse de lleno a su labor divulgativa
sobre temas de economía consciente, empresas sostenibles y educación en
valores, aunque sigue manteniendo una estrecha colaboración con Triodos Bank
como formador y miembro del Consejo Asesor.
El tipo da charlas sobre antroposofía:
Aquí lo tenéis
entrevistado por Jordi Évole:
Aquí por Buenafuente:
Y aquí, a partir del
minuto 27, negando la teoría de la evolución:
De hecho, no pocos de
los fundadores y directivos de Triodos han ocupado altos cargos en las instituciones
de la secta antroposófica: Max Rutgers van Rozenburg, miembro del Consejo de la
Sociedad Antroposófica en los Países Bajos y presidente del Consejo del Centro
de Tratamiento para la Medicina Integrativa (o Antroposófica); Marjatta van Boeschoten,
secretaria general de la Sociedad Anroposófica en el Reino Unido; Luis Espiga,
miembro del Consejo de la Fundación Rudolf Steiner en España; Josephine de Zwaan,
antigua directiva de Weleda –empresa fundada por Steiner- y de la Asociación
Holandesa de las Escuelas Waldorf; o Mathieu van del Hoogenband, miembro del
Consejo Asesor de la Facultad de Medicina Antroposófica de la universidad privada
de Witten/Herdecke, Alemania.
De todo esto y mucho más me he ido
enterando al leer el muy recomendable libro de Mauricio-José Schwarz, «La
izquierda Feng-Shui. Cuando la ciencia y la razón dejaron de ser progres» (Ariel, 2017).
Triodos, como Fiare, adquirieron fama por ser los bancos elegidos por Podemos para gestionar las donaciones y préstamos que reciben de sus simpatizantes.
Dice Schwarz al respecto (pp. 69-70, las negritas son mías):
Las empresas que
nacieron a la sombra de la antroposofía, ya fueran creadas por Steiner o por
sus herederos en sus varias fundaciones, requerían su propia banca con la que
financiar sus actividades. Para ello, en 1936 fundaron el RSF Social Finance –
las siglas RSF, en inglés, corresponden a la Fundación Rudolph Steiner -, que
opera como banco desde 1984; a él se sumaron en 1974, las instituciones financieras
GLS, en Bochum (Alemania), y Mercury Provident, en Gran Bretaña. Fueron las
tres predecesoras del más conocido Triodos Bank, creado en 1980 y que se
fusionó con Mercury Provident en 1995. El objetivo de esta banca es promover
sus creencias místicas, apoyar a quiénes de alguna manera coinciden con su
visión de la «superación del hombre para ulteriores reencarnaciones». Y, de
modo relevante, servir como fuente de financiamiento barato para
emprendimientos antroposóficos como las escuelas Waldorf. Y Triodos lo consigue
pagando a sus clientes algunas de las tasas de interés más bajas del mercado
por sus ahorros: un depósito a un año en Triodos Bank rendía en 2016 un 0,15 %
TAE (tasa anual efectiva), frente a una media del 0,35 % del mercado bancario y
hasta el 1,5 % que ofrecían algunas entidades. La diferencia no es trivial.
Pero Triodos se define
como «banca ética» y eso seduce a mucha gente de elevados ideales que no se
ocupa de investigar si está ayudando a financiar los proyectos de una secta o
denominación religiosa. En España, por ejemplo, es el caso del partido Podemos
y sus diversos nombres y marcas locales, de orígenes leninistas y prácticas
populistas, que han canalizado decenas, cientos de miles de euros en donaciones
a través de Triodos, donde también tienen o han tenido cuentas su defenestrado
fundador Juan Carlos Monedero y varios de sus dirigentes
La idea de la banca
ética se apropia de todas las palabras clave del buen rollo: ecológica,
natural, apoyo a discapacitados, integración social, cooperación al desarrollo,
sostenibilidad, comercio justo, rechazo de las motivaciones monetarias, respeto
al medio ambiente, a la diversidad sexual y un largo etcétera. Todo parece dar
al disconforme social una oportunidad de seguir en el sistema bancario pero sin
hacer ganar dinero a los bancos tradicionales, a los que ve – en este caso, no
erradamente por completo – como responsables de las desgracias del siglo XXI.
Eso sí, a la hora de
desahuciar a quienes no pagan la hipoteca, Triodos no se diferencia en nada de
todos los demás bancos, salvo en que sus acciones reciben menos publicidad en
los medios
Lo más curioso es
que Triodos intenta ocultar o minimizar sus relaciones con la antroposofía, del
mismo modo en que otro banco ético español, Fiare, es tremendamente discreto
respecto a que sus fundadores fueron mayormente diócesis católicas, lo que
puede no caer muy bien a sus clientes de la izquierda. En ese intento de
mantener al público desinformado, Triodos llegó a amenazar con acciones legales
en 2013 para pedir a la empresa Blogger que retirara una entrada de mi blog «El
retorno de los charlatanes» en la que analizaba los principios y afirmaciones
de la educación Waldorf
Las acciones legales nunca se materializaron, pero la entrada censurada «El
ataque a la educación y las escuelas Waldorf» fue reproducida en veinticinco
sitios web distintos. En resumen, acabaron promoviendo precisamente lo que
pretendían reprimir: la difusión de información incómoda sobre las creencias
steineritas. Lo que resultaba llamativo era que Triodos, que niega cualquier
relación con la antroposofía, Weleda, Demeter o la educación Waldorf, presionara
para censurar un texto precisamente sobre esta última práctica. Alguien
comentó, aunque sólo es un rumor, que les había molestado que, a raíz de una
entrada anterior titulada «Antroposofía, la secta y su banco (Triodos)», el muy alternativo Partido Pirata de España les retirara su cuenta
bancaria
En cuanto a Fiare, fue creada por la Iglesia vasca, aunque no lo diga en su web. De esta falta de
transparencia (y de la conexión de Triodos con la antroposofía) también se da
cuenta en el Blog Salmón:
Y en el orígen de
Fiare...la Iglesia
Cuando
se habla de Fiare como la banca de los indignados uno se sonríe (y no soy el
único). El proyecto Fiare tiene su origen en la Fundación Fiare (Fundación
Inversión y Ahorro Responsable), constituida en el 2003 en Bilbao. Pero,
quienes fueron los promotores de esta Fundación, de dónde surge...
Pues
de la Iglesia Católica, de movimientos y personas vinculadas a la misma. Hablo
de organizaciones de base pero también de estructuras pertenecientes la
jerarquía oficial. Ese origen perdura en el proyecto, por mucho que se hayan
unido organizaciones y personas ajenas al mismo. O mucho me equivoco, o las
riendas del proyecto Fiare siguen en mano de las mismas personas.
Fiare
se presenta así:
Una red de personas y
organizaciones con vocación de crear alternativas dentro del mercado financiero
para construir una economía con otros valores al servicio de una sociedad más
justa.
¿por
qué no se hace ninguna referencia en la web al orígen de Fiare, a quién lo
impulsa, a quién lo esta gestionando. Me parece un ejercicio de escasa
transparencia, y que deja en mal lugar cuando ellos acusan de otro tanto a la
banca tradicional.
Los planes iniciales de
Fiare
Decir
que Fiare busca hacer banca "ética" es fácil. Lo que es un poco más
complejo es decir cómo. Voy a tratar de simplificarlo sin entrar en
tecnicismos, y teniendo en cuenta que el proyecto Fiare ha variado ligeramente
desde sus inicios, al menos según lo que tengo entendido.
Fiare
apostó por la creación de una entidad de banca "ética" plenamente
operativa. El modelo por el que apuesta es el modelo cooperativo. En
definitiva, una cooperativa de crédito con ficha bancaria.
Para
ello, inició un periodo de captación de capital, de socios aportantes a esa
cooperativa en constitución. La idea era integrar dicha cooperativa en una
futura cooperativa europea junto con Banca Popolare Etica y La Nef, dos
entidades "éticas" que operaban en Italia y Francia, respectivamente.
BPE comparte el mismo origen que católico que Fiare, mientras que La Nef tiene
vinculaciones con el movimiento antroposófico que ya nos sonará a las que
conocemos Triodos.
Termino con unas
palabras de Schwarz dedicadas a la antroposofía y las empresas nacidas a su
sombra:
“Así, una multinacional
de la charlatanería, con un inmenso poder económico y una enorme presencia en
varios sectores políticos y sociales, consigue en general volar bajo los
radares de la atención del público, viviendo en gran medida de la izquierda
feng-shui”.