Siempre he sido muy partidario de que cada cual pueda expresar las ideas que le dé la gana, por muy repugnantes que estas puedan parecer. Es decir, de la famosa libertad de expresión (acerca de la censura de chistes y parodias, que es algo que últimamente se lleva mucho, ya expuse mi opinión en otra entrada y por eso ahora solo diré que me parece demencial). Sobre la proscripción del negacionismo del Holocausto ya escribí aquí lo que pensaba. Únicamente añadiré que creo que la justicia no está adaptada para buscar la verdad de un hecho histórico, porque solo entiende de extremos: sí/no, culpable/inocente, y la certeza histórica suele estar a medio camino. La historia no es de color blanco o negro, sino gris. Los jueces no están preparados para sustituir a los historiadores, y si lo hacen corremos el riesgo de crear una historia oficial, como en las dictaduras. Por todo ello me parece mal, sin ir más lejos, el encarcelamiento de personajes como David Irving o Pedro Varela, aunque no me caigan simpáticos.
El Ku Klux Klan negando alegremente el Holocausto
Dicho esto, me resulta difícil de entender que a estas alturas el negacionismo del Holocausto siga siendo tan habitual. Hace unos días murió el escritor Elie Wiesel, superviviente del Holocausto, al que definía como "la tragedia más documentada de la historia". Y probablemente lo sea. Con el advenimiento de internet, cualquiera tiene mucho más acceso que antes a todo tipo de información al respecto: la red está plagada de archivos, documentos, fotografías e incluso vídeos de época referentes a la Segunda Guerra Mundial y los crímenes nazis. Digamos que conocer el Holocausto está al alcance de todo el que tenga un mínimo de interés en ello. Sin embargo, y de forma sorprendente, por foros y redes sociales abundan quienes insisten machaconamente en reiterar los tópicos neonazis de toda la vida. Falacias que son repetidas incluso por un dirigente político como el presidente de Irán. Da la sensación de que cuanta más información sobre el Holocausto hay disponible, más negacionistas aparecen. Es como si hubiera un montón de ignorantes y equivocados de la vida a los que les encantase serlo, que ya tendría delito. O que quizá los neonazis y antisemitas en general padezcan un mecanismo de negación colectivo que haría las delicias de Freud.
Para acabar, dejo el vídeo de un tema de Roger Taylor, batería de Queen, que va sobre todo este asunto. La canción tiene más de veinte años, pero sigue estando de triste actualidad. Hay que decir que en su día fue censurada por temor a represalias de los neonazis. Lo cierto es que Taylor tuvo mucho valor al escribir una letra tan explícita.
Y tiene razón: tenemos que parar a esos jodidos nazis.