lunes, 5 de octubre de 2015

Obviedades habituales




En el capítulo de hoy tenemos subir arriba, bajar abajo y ha muerto de una parada cardiorrespiratoria.

Seguiremos informando.


domingo, 4 de octubre de 2015

Tu propio negocio (II)


 

Gary Cooper en la película Solo ante el peligro (1952), de Fred Zinnemann


Tranquilo, ten paciencia; esto es difícil solo al principio, ya lo verás, me dicen. Mientras tanto, sigo esquivando las balas a duras penas y sin saber hacia dónde disparar.




sábado, 3 de octubre de 2015

Volver




Anoche soñé que volvía a Peguerinos.

De pequeño iba mucho a Peguerinos con mi familia. A veces de pícnic, otras a buscar leña para la chimenea del apartamento que mis abuelos tenían en San Lorenzo del Escorial. Recuerdo la serpenteante carretera que subía por el monte Abantos, un pantano y un enorme muro de rocas, con alguna en lo alto que parecía mantener un difícil equilibrio. También había una fuente y una acequia con ranas. Solía ver vacas y caballos pastando tranquilos, y paseaba por un bosque de pinos sembrado de helechos y atravesado por un riachuelo.

Anoche soñé que volvía a Peguerinos. Y bueno, hoy he vuelto.




viernes, 25 de septiembre de 2015

El amor, idiota




Una de las calamidades que me ha traído esto de ser de ciencias es que mi vida amorosa, hasta ahora, siempre se ha regido según el método científico: prueba y error.




martes, 22 de septiembre de 2015

lunes, 21 de septiembre de 2015

El maltrato




-Buenas. Me gustaría saber cuánto me costaría despreciarle, humillarle, gritarle o insultarle un rato.
-Oh, por favor, nada en absoluto. Encima de que se toma la molestia.
-Ah, perfecto. Pues vamos allá.




viernes, 18 de septiembre de 2015

Las madres solas




Las ves en la compra, por la calle, en el parque, en el hospital, con su hijo en brazos o empujando el cochecito, haciendo mil cosas a la vez con una naturalidad increíble. Cuidan de su niño, juegan con él, lo educan, lo ven crecer, trabajan, luchan, ligan, salen adelante, y sonríen siempre como si los problemas no importaran.

Qué tiernas y a la vez qué admirables me parecen. Ojalá tuvieran menos obstáculos y más motivos para sonreír de verdad.