domingo, 14 de febrero de 2021

Populismo





Sin proponérselo, Laclau se convirtió en un filósofo del poder. Con el tiempo su nombre se volvió sinónimo de política populista y del concepto mismo de populismo.

Federico Finchelstein, "Del fascismo al populismo en la historia"


Hoy se habla mucho del populismo, pero en ocasiones no tenemos muy claro en qué consiste. En líneas generales yo lo entiendo como un conjunto de actuaciones por parte de un político, o grupo político, para ganarse el favor y los votos del pueblo a toda costa. A los partidos  y líderes populistas se les podría definir como aquellos que, además de arrogarse la representación del pueblo, ofrecen soluciones sencillas a problemas complejos infantilizando así a la sociedad. El caso es que se me ha ocurrido hacer una lista de algunas de las que creo que son sus características, independientemente de que se trate de un populismo de derechas o de izquierdas:

-Visión dicotómica de la realidad. 

El país, o el mundo, se divide en buenos y malos. Los buenos, por supuesto, son el pueblo (o la patria), y los malos son un grupo más o menos definido: una élite poderosa y corrupta ("los de arriba"), un enemigo exterior, etc. 

En mayo de 2013, la presidenta de la organización independentista Asamblea Nacional Catalana (ANC) y futura presidenta del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell, dio un discurso en el que, aparte de otras cosas, diferenciaba claramente entre el auténtico pueblo catalán (conformado básicamente por los independentistas e izquierdistas) y quienes según ella no lo eran:

Nuestro adversario es el Estado español. Debemos tenerlo muy claro. Debemos tenerlo muy claro. Y los partidos "españoles" que hay en Cataluña, como Ciudadanos y el Partido Popular, que no se debería llamar Partido Popular "de" Cataluña, sino Partido Popular "en" Cataluña. Por tanto, estos son nuestros adversarios. El resto somos el pueblo catalán. El resto somos los que conseguiremos la independencia.

En 2017, durante su campaña para el fallido referéndum independentista celebrado el 1 de octubre de aquel año, la Candidatura de Unidad Popular (CUP) elaboró un cartel que animaba a barrer a los supuestos enemigos de los Països Catalans: "el capitalismo, el patriarcado, la corrupción y la monarquía", según sus palabras.


El cartel estaba claramente inspirado en un pasquín bolchevique en el que aparecía Lenin barriendo del mundo la monarquía, la religión y el capital. Curiosamente, en tiempos de la Guerra Civil el bando franquista elaboró otro cartel de similar inspiración, con un militar barriendo a los supuestos enemigos de España: el bolchevismo, la injusticia social, los politicastros, los masones, la FAI y el separatismo.


-Antagonismo hacia los medios de comunicación.

Los populistas no reconocen sus errores ya que se atribuyen el papel de legítimos representantes del pueblo, y este no puede equivocarse. Por tanto, cada fracaso es en realidad culpa del enemigo, del antipueblo, y cada crítica que se les hace no es más que una infamia, una calumnia inventada solo para perjudicarles ante la ciudadanía. En ese sentido, los populistas sienten aversión hacia la prensa libre (a la vez que, paradójicamente, se valen de los medios para darse a conocer).

Uno de los rasgos del partido Vox es el veto sistemático a varios medios de comunicación en sus ruedas de prensa:


Por otro lado, el líder de Podemos y actual vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, dejó claro en 2013 que, según él, "que existan medios privados, ataca la libertad de expresión":


Pablo Iglesias se ha caracterizado, entre otras cosas, por señalar a periodistas con nombres y apellidos. El año pasado incluso defendió "naturalizar" los ataques e insultos contra los profesionales de los medios de comunicación:


Eso sí, tanto él como su entorno no han dudado en acudir a los tribunales para reclamar cientos de miles de euros en demandas y querellas por defender su honor (de la misma manera que alguien que en su día defendió los escraches calificándolos de "jarabe democrático de los de abajo", más tarde -cabalgando contradicciones- haya rodeado de policía su chalé de Galapagar para protegerse del acoso de quienes acuden a los aledaños a protestar).

-Simpatía por las teorías de la conspiración.

Durante mucho tiempo, desde Podemos se ha hablado una y otra vez de una supuesta  trama (antes "la casta") conformada por las empresas del IBEX 35 (que en realidad no es más que un índice bursátil) las cuales, en colaboración con determinados políticos, medios de comunicación y hasta jueces, dirigirían todos los resortes del Estado desde hace décadas:




Por otro lado, desde Vox se ha dado pábulo a la disparatada teoría propagada por la administración de Donald Trump el año pasado acerca de que el coronavirus responsable de la actual pandemia de COVID-19 sería en realidad un arma biológica china creada en un laboratorio de Wuhan:





-Ataques a las instituciones democráticas y al Estado de derecho.

En lo que va de siglo, la mayor amenaza a lo que algunos han calificado despectivamente como el régimen del 78 ha sido el proceso soberanista catalán. En relación a eso, hace poco Pablo Iglesias equiparó en televisión a Carles Puigdemont, huido de la justicia, con los exiliados del franquismo:



Por si fuera poco, este mismo mes el ministro de Exteriores ruso, Lavrov, trazó un paralelismo entre los presos independentistas del "procés" y Aleksei Navalny, disidente ruso que antes de ser detenido en su país fue envenenado. Los índices internacionales de calidad democrática en el mundo coinciden en calificar a España de democracia plena y así lo recordó la ministra de Exteriores española, González Laya. Sin embargo, el vicepresidente Iglesias la contradijo otorgándole de esa forma la razón a Lavrov. Pablo Iglesias está en el Gobierno y sin embargo se comporta como si estuviera no en la oposición, sino contra el Estado por el que se supone que tiene que velar.

Mientras tanto, aunque Vox es un partido supuestamente defensor de la Constitución, muchas de sus propuestas, como la ilegalización de los partidos independentistas, la desaparición de las autonomías y la supresión del Tribunal Constitucional, son claramente anticonstitucionales.

-Demagogia.

Según la Wikipedia, la demagogia es una estrategia utilizada para conseguir el poder político que consiste en apelar a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas del público para ganar apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica, la desinformación, la agnotología y la propaganda política.

El mes pasado, en el programa "El Objetivo", de La Sexta, durante un debate sobre el trumpismo, José Manuel García-Margallo desmontó uno a uno los diversos argumentos demagógicos que fue exponiendo su rival, Íñigo Errejón. Por ejemplo sobre el mantra de que el Estado siempre tiene la razón frente al mercado:



Íñigo Errejón es uno de los fundadores de Podemos y permaneció en dicha formación hasta 2019. Sus ideas dualistas ("los de abajo" frente a "los de arriba", "democracia" frente a "la casta") están muy influidas por las del filósofo posmarxista argentino Ernesto Laclau, teórico del populismo, así como por el ejemplo de los populismos de izquierda latinoamericanos.

Este mismo mes, en el Congreso de los Diputados, el propio Íñigo Errejón desmontó los demagógicos argumentos de Vox contra la inmigración:



Las ideas de Vox (identitarismo, euroescepticismo, liberalismo económico, patriotismo -en realidad nacionalismo- frente a globalismo, populismo de derecha o nacionalpopulismo) están muy influidas por las de Steve Bannon, asesor de Donald Trump hasta 2017.

Por otra parte, Alberto Garzón ha criticado de esta forma la detención e ingreso en prisión del rapero Pablo Hasél:



Esto lo dice Garzón como si no fuera con él, a pesar de su condición no solo de ministro de Consumo, sino también de coordinador de Izquierda Unida (IU). La verdad es que los jueces se limitan a aplicar el Código Penal de 1995, aprobado con un gobierno socialista y con los votos de PSOE, IU, CiU, PNV, CC, ERC, PAR, EA y UV

-Defensa (más o menos directa) de autócratas.

Desde partidos como Unidas Podemos no solo se ha reivindicado sin tapujos a tiranos del pasado como Lenin o Fidel Castro, sino también del presente, como Nicolás Maduro:




En su día Pablo Iglesias comentó públicamente que la caída del Muro de Berlín "fue una mala noticia para todo el mundo":



Mientras tanto, Vox se opuso a la exhumación de Franco del Valle de los Caídos y su líder, Santiago Abascal, tachó el año pasado al Gobierno de Pedro Sánchez como el peor de los últimos ochenta años, dando a entender por tanto que el franquismo era preferible a la situación actual:



Otros rasgos de los populismos podrían ser que suelen cobrar fuerza en periodos de crisis o que a menudo tienen algún líder carismático al frente. Y sexy.



2 comentarios:

  1. Muy buenas, Pedro.
    Enhorabuena por tu largo periplo blogero.
    Los populismos tienen muchas cosas en común con los movimientos políticos que no son populistas, todos ellos muy relacionados con la comunicación, con los mensajes directos y simples. De hecho, con el listado que haces y el tipo de videos que has insertado, no sería especialmente complicado colgar otros tantos con declaraciones de políticos, digamos, ortodoxos. Igualmente, tirando de archivo, podríamos descubrir increíbles pasados militantes en una importante cantidad de políticos de los que nadie lo hubiera pensado a tenor de su actual discurso o con discursos menos o más moderados por la realidad o el interés.
    Quizá, además de enumerar las características de los populismos, sería bueno reflexionar sobre las causas que los hacen atractivos y eficaces en el discurso político actual. Poco más señalas que suelen ser producto de las crisis, como si de hongos y lluvia se tratase.
    Las crisis, no son como la lluvia.
    Hace poco he leído un libro que me parece muy interesante porque se centra en intentar dilucidar las razones por las que la democracia liberal está en crisis. Se trata de "El pueblo contra la democracia" de Yascha Mounk, y creo que puede aportar algo de luz sobre la enfermedad de la que tus temidos populismos son, sobre todo, un síntoma.
    Un abrazo

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    1. Un abrazo, Javier, y me alegro de leerte otra vez por aquí :)

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