Hasta
el Medievo, la península ibérica estuvo cubierta de bosques que
cobijaban una enorme variedad de grandes mamíferos como ciervos,
corzos, jabalíes, osos, linces o lobos. Esas masas forestales se
conservaban aún en los primeros tiempos de la Reconquista, pues
conformaban muchas veces la ancha tierra de nadie que separaba los
reinos cristianos y musulmanes. Pero después, la corona castellana
fue deforestando todo el territorio a la vez que lo cristianizaba. Se
roturaron millones de hectáreas de bosque para transformarlo en
cultivo, y Alfonso X el Sabio (que por lo visto no lo era tanto) creó
la poderosa Mesta, una agrupación gremial de pastores y ganaderos
que perduró hasta el siglo XIX y cuyos ingentes rebaños necesitaban
ingentes pastos. En tiempos de los Reyes Católicos, la deforestación
ya comenzaba a ser masiva. Obviamente esto hizo que los grandes
vertebrados empezaran a escasear, permaneciendo algunos de forma
estable exclusivamente en los terrenos dedicados a la caza mayor o en
las cadenas montañosas. El lobo fue una excepción, pues en vista de
la progresiva desaparición de los herbívoros salvajes, se
sustentaba gracias a los millones de cabezas de ganado que había por
toda la geografía peninsular. Pero claro, ahí empezó el
interminable conflicto entre ganaderos y lobos, en el que los últimos
siempre han llevado las de perder. De hecho, el lobo ibérico estuvo
a punto de extinguirse hace solo cuarenta años. Afortunadamente, a
partir de entonces se convirtió en especie protegida y su población
comenzó a recuperarse poco a poco. Pero bueno, viendo esta noticia
está claro que el ser humano es un animal que no solo no aprende de
sus errores, sino que parece que le gusta repetirlos:
ResponderEliminarhttps://www.lavanguardia.com/natural/20200204/473288033440/lobo-alava-caza-permiso-polemica.html
ResponderEliminarhttps://www.eldiario.es/sociedad/acuerdo-detener-caza-lobo-espana_1_7192792.html