El antisemitismo
es la herencia más peligrosa del canibalismo
Stalin, 1931
A pesar de la cita, Stalin siempre fue antisemita. Eso sí,
durante la mayor parte de su vida mantuvo su antisemitismo más o menos oculto,
con manifestaciones esporádicas y en privado del mismo, como cuando le prometió a Von Ribbentrop en 1939 que se
desharía de los intelectuales judíos,
o cuando envió diez años al Gulag al amante judío de su hija adolescente.
A pesar de sus
sentimientos, tras la invasión nazi de la URSS Stalin decidió actuar con
pragmatismo en relación a los judíos. De esa forma, creó el Comité Judío Antifascista y, lo más
importante, apoyó todo lo que pudo la creación del Estado de Israel. Esto fue
así hasta el punto de que personalidades importantes de Israel afirmaron
después que el apoyo soviético durante su guerra de la independencia fue
esencial para lograr el triunfo. Sin embargo, cuando quedó claro que Israel no
se iba a colocar en la órbita soviética, Stalin se sintió traicionado, dio rienda
suelta a sus recelos contra los judíos e inició una purga antisemita que sólo
se detuvo con su muerte. No obstante, las relaciones entre el Bloque del Este e
Israel quedarían ya envenenadas durante el resto de la Guerra Fría.
El 12 de enero de
1948, Solomon Mijailovich Mijoels,
actor, director del Teatro Judío de Moscú y secretario del Comité Judío
Antifascista, estaba en Minsk enviado por el comité del Premio Stalin para
evaluar las obras de teatro representadas en Bielorrusia. Pasó el día
entrevistando a actores con su amigo Vladimir
Golubov-Potapov, crítico teatral y agente del MGB (policía secreta soviética, antecesora del KGB), y luego ambos cenaron en el hotel. Más tarde salieron para
reunirse con un "amigo" de Golubov.
En realidad todo
formaba parte de un plan de Abakumov,
jefe del MGB, para asesinar a Mijoels. Aquella noche lo llevaron a una dacha de
Lavrenti F. Tsanava, que dirigía el
MGB en Bielorrusia. Seguramente le inyectaron algún narcótico para atontarlo.
Quizá ofreció resistencia y por eso recibió un fuerte golpe en la sien antes
de que le pegaran el tiro que lo mató. Golubov, que lo presenció todo, también
fue asesinado. Los cadáveres fueron trasladados a la ciudad, les pasó por
encima un camión y quedaron abandonados en la nieve.
Abakumov
Svetlana, la hija de Stalin, fue
a visitar a su padre aquella noche a su dacha de Kuntsevo. Cuando ella llegó el Vozhd estaba al teléfono,
seguramente hablando con Tsanava. Según contaría Svetlana, «alguien estaba
dándole un informe y él escuchaba. Luego para resumir, dijo: "O sea, un
accidente de automóvil". Recuerdo perfectamente su entonación. No era una
pregunta, sino una confirmación... No estaba preguntándolo, estaba
proponiéndolo, me refiero a lo del accidente de automóvil». Cuando colgó el
teléfono, Stalin le dio un beso a su hija y le dijo:
-Han matado a
Mijoels en un accidente de automóvil.
En ese momento,
seguramente, los cadáveres ni siquiera habían sido trasladados.
Al día siguiente se
encontraron los cuerpos y se dio la noticia del accidente de tráfico.
El Teatro Judío fue
rebautizado Teatro Mijoels y se abrió una investigación para aclarar lo
ocurrido. A la vez, lejos de la vista del público, el asesino de Mijoels,
Tsanava, recibía la Orden de Lenin "por la ejemplar ejecución de una tarea
especial que le fue asignada por el Gobierno".
Mijoels era un tipo
demasiado célebre para ser detenido, por eso se optó por la solución que
parezca un accidente. Durante la Segunda Guerra Mundial, al frente del
Comité Judío Antifascista, había viajado por varios países para llamar la
atención del mundo sobre la apremiante situación de los judíos con el fin de
reunir fondos para el esfuerzo de guerra soviético. En Estados Unidos fue
recibido, entre otros, por Albert Einstein.
El Comité Judío
Antifascista en realidad había sido organizado por el NKVD, ya que Stalin se
había dado cuenta de la utilidad de los judíos soviéticos para obtener la ayuda
de los Estados Unidos. Eso sí, oficialmente estaba dirigido por Mijoels y
supervisado por Solomon Abramovich Lozovski, un judío de la vieja guardia bolchevique que tenía un alto cargo
en el Comisariado de Asuntos Exteriores de Molotov y que también terminaría asesinado por Stalin. Pero a ojos del Vozhd, a Mijoels se le había subido al
cargo a la cabeza tras la guerra y se había convertido en un individuo
peligroso. Insistía en rememorar el genocidio de los judíos perpetrado por los
nazis, y de esa forma trató de que se publicara en la Unión Soviética -sin
conseguirlo- una colección de documentos y testimonios sobre los asesinatos en
masa en los territorios ocupados reunida por Ilya Grigorievich Ehrenburg y Vasili Semionovich Grossman, conocida como El Libro Negro. Para ello llegó a hablar incluso con la hija del Vozhd, Svetlana, lo que enfureció a
Stalin que por entonces pensaba que los judíos estaban intentando
"introducirse subrepticiamente en su familia".
Para Stalin,
destacar el sufrimiento de los judíos era algo impensable. Según él, todos los
ciudadanos soviéticos habían sufrido por igual durante la guerra. No
había existido pues un genocidio judío al no haber existido una persecución
específica contra los judíos. El Holocausto debía ser silenciado. En consecuencia, El Libro Negro no se publicaría en Rusia hasta 1993.
Para colmo, desde
1944 Mijoels apoyó una campaña que pretendía convertir la península de Crimea
(que los soviéticos habían limpiado de supuestos enemigos musulmanes) en una "república socialista judía". Tras el fracaso en los años treinta de
la creación de una república hebrea en Siberia, la habitual paranoia de Stalin le hizo
ver en aquella nueva campaña un siniestro plan para transformar Crimea en un
Caballo de Troya yanqui, una idea que, aunque delirante, se fundaba en el
recuerdo de cómo las tropas anglo-francesas habían desembarcado allí en 1854
para socavar el poder de Rusia. Los contactos de Mijoels con los
estadounidenses en sus viajes durante la guerra lo confirmaban. Acerca de esa
idea de la "California judía", como él mismo la llamaba, Stalin diría
que "sólo a los actores y a los poetas se les puede ocurrir semejante
proyecto".
En opinión de
Stalin, Mijoels había pasado de hacer propaganda soviética a hacer propaganda
judía. En todo caso, la mayoría de los que participaron en el proyecto de la
Crimea judía morirían en el plazo de cinco años.
Sin embargo, si el
proyecto de la Crimea judía repugnaba al dictador soviético, la creación de un
Estado judío en Palestina le agradaba en la creencia de que sería un país
satélite de la URSS, y por eso el bloque comunista apoyó a Israel al principio
de su andadura como nadie más podía hacerlo.
El 21 de noviembre
de 1947, Stalin ordenó a Abakumov que ideara un plan para asesinar a Mijoels
sin escándalo. Ocho días después, votaba en la ONU a favor de la creación del
Estado de Israel (Resolución 181). El proyecto de la Crimea judía moría
(asesinado). El de Israel cobraba fuerza.
En la segunda mitad
de 1947, se permitió emigrar a Palestina a unos 70.000 judíos desde Polonia, adonde muchos de ellos acababan de ser desplazados desde la URSS. Entre la
Resolución 181 de la ONU y la independencia de Israel, en mayo de 1948, la
Unión Soviética fue la potencia que más firmemente apoyó el mantenimiento del
plan acordado. Después de su independencia, reconocida rápidamente entre otros
países por la URSS, el nuevo Estado fue invadido por sus vecinos árabes. En la
guerra que siguió, los polacos entrenaron a soldados de Israel y Checoslovaquia le envió armamento, incluyendo decenas de miles de armas de infantería de
origen alemán, municiones y más de cuarenta aviones de caza (otros tantos
llegarían después de la guerra).
Avia S-199 israelí.
En realidad era una versión checoslovaca del Messerschmitt Bf 109 G-14 alemán
Arthur Koestler diría que los
envíos de armas "despertaron un sentimiento de gratitud de los judíos
hacia la Unión Soviética". Abba Eban afirmaría que "la URSS era la única potencia que sostenía nuestra
causa". Y según Golda Meir,
primera embajadora de Israel en Moscú y más tarde primera ministra israelí,
"no sabemos si hubiéramos podido resistir sin sus armas".
Pero como Israel no parecía que fuese a abrazar el comunismo, ya a finales de 1948 Stalin llegó a la conclusión de que los judíos influían más en el Estado soviético de lo que los soviéticos influían en el Estado judío, y empezó a dar rienda suelta a los prejuicios antisemitas que siempre había mantenido. El Rosh Hashaná, la fiesta del año nuevo hebreo, convocó en Moscú a 10.000 judíos, la mayor reunión pública en veinte años. Las paranoias de Stalin se acrecentaron el 7 de noviembre de aquel año, aniversario de la Revolución bolchevique, cuando Polina Semyonovna Zhemchuzhina, mujer de Molotov, se encontró con Golda Meir y le habló en yidis. Cuando la embajadora israelí le preguntó cómo era que conocía esa lengua, Polina le respondió que ella era "hija del pueblo judío". Para empeorar aún más las cosas, Ekaterina Davidovna -nacida Golda Gorbman-, mujer de otro miembro del Politburó, Voroshilov, exclamó:
-¡Ahora nosotros
también tenemos nuestra patria!
En aquel ambiente
paranoico todo eso suponía una sugerencia de unidad nacional de los judíos por
encima de las fronteras. Entre finales de 1948 y principios de 1949, la vida
pública en la Unión Soviética dio un brutal giro hacia el antisemitismo. El régimen
fabricó una demencial conspiración yanqui-sionista que tuvo varios episodios y
que no fue más que una enorme maniobra antisemita. Los judíos fueron calificados de "cosmopolitas", queriendo
decir que su adhesión a la patria y la cultura soviéticas no era sincera.
El Comité Judío
Antifascista fue disuelto ya en noviembre de 1948, y más de ciento diez
escritores, científicos y activistas judíos fueron arrestados. El escritor Der Nister, por ejemplo, fue detenido
en 1949 y murió preso al año siguiente. Se licenció sin honor a los
oficiales judíos del Ejército Rojo y se retiró a los activistas judíos de sus
posiciones de poder en el Partido. El periódico Pravda se purgó a sí mismo de judíos a principios de marzo de 1949.
Polina Zhemchuzhina
fue detenida en enero de 1949. Negó los cargos de traición y su marido,
Molotov, en el único acto de rebeldía que mostró ante Stalin, se abstuvo de votar para condenarla,
aunque se disculpó más adelante: "Reconozco mi profundo arrepentimiento
por no haber impedido que Zhemchuzhina, una persona muy querida, cometiera
errores y estableciera vínculos con nacionalistas judíos antisoviéticos como
Mijoels". Polina pasó cinco años en el Gulag, en Kazajistán. Sus hermanos,
su médico y sus secretarios también fueron arrestados. Un hermano y una hermana
suyos morirían en la cárcel.
Molotov, por su
parte, perdió su puesto de Comisario de Asuntos Exteriores. Había sido nombrado
en 1939 porque, a diferencia de su predecesor, Litvinov, no era judío, y entonces Stalin necesitaba a alguien con quien Hitler quisiera negociar. Diez años después perdió el cargo porque su
mujer era judía.
Polina, Molotov y la hija de ambos, Svetlana
La Guerra de Corea, inciada
en 1950, fue la transformación de la Guerra Fría en una confrontación bélica y
consolidó en la mente de Stalin la idea de que los judíos de Europa Oriental
eran agentes estadounidenses. Lo tenían crudo.
Continuará...
Doy fe. Tú sabes por qué yo me llamo Ana? jeje...Mi abuela se llamaba Hanna Esther, pero se cambio el nombre precisamente por esa persecución.
ResponderEliminarGran trabajo. Una pena que no muevas más este blog, petardo.
Besos con jet lag.
Vaya. Entre eso y (sobre todo) lo de tu padre, entiendo que en tu familia no sintáis mucho amor hacia la URSS.
ResponderEliminarUn beso.
bueno, no tanto a la URSS (Rusia) como a la política del momento...
EliminarClaro, me refería al régimen soviético, vaya.
EliminarAunque lo que hay ahora tampoco te lo dejes atrás...
Te puedes creer que en Punta Cana le hemos comprado el ron a unos rusos que tenían tienda? Y la cantidad de rusos que había en el hotel ni te digo...Y yo como una pánfila hablándole al vendedor en ruso para que nos bajara el precio. Estaba ya harto de hablar con sus compatriotas (nuevos ricos) que vienen arrasando.
EliminarAy, Dios mío! Si Lenin levantara la cabeza!
A ver cuándo me hablas en ruso a mí también :P
EliminarInteresantísimo post.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Gracias.
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