lunes, 23 de noviembre de 2020

¿Qué nos ha dado la Primera Guerra Mundial?




El 28 de junio de 1914, Gavrilo Princip creó el siglo XX. Los orígenes de cualquiera de las tendencias geopolíticas que se desarrollarían a lo largo y ancho del globo durante las ocho décadas siguientes se remontan al día en que el terrorista serbio asesinó al heredero del trono del imperio austrohúngaro de los Habsburgo en la capital de la provincia de Bosnia-Herzegovina.

Matthew White, "El libro negro de la humanidad"


"UNA GUERRA QUE NADIE QUERÍA Y UNA CATÁSTROFE QUE NADIE PUDO HABERSE IMAGINADO" (HENRY KISSINGER)

Mucho se habla de la Segunda Guerra Mundial pero no tanto de su predecesora, la Primera Guerra Mundial, por lo que la trascendencia de esta suele ser bastante desconocida. Así que voy a hablar un poco de esto.

El otro día se cumplió el 102º aniversario del fin de la Gran Guerra, más conocida como Primera Guerra Mundial, una contienda que prometía ser la última y que acabó oficialmente el día 11 del undécimo mes a las 11 de la mañana. Se trata del segundo conflicto bélico que más soldados ha matado a lo largo de la historia, solo por detrás de su secuela, la Segunda Guerra Mundial. En combate murieron unos 8,5 millones de militares a los que habría que unir cerca de 6,6 millones de civiles, sin incluir las víctimas de la pandemia de gripe de 1918, ni los muertos en las revoluciones, contrarrevoluciones, guerras civiles y conflictos fronterizos que fueron a su vez consecuencia directa de la Gran Guerra.

Aquel conflicto cambió el mundo de forma decisiva, destruyendo un orden internacional basado en la cooperación entre naciones a través de monarcas relacionados por vínculos familiares e inversiones multinacionales, y sustituyéndolo por un escenario de ideologías en competencia. La Primera Guerra Mundial fue el inicio de lo que algunos historiadores han denominado como el corto siglo XX, que terminaría con la caída de la Unión Soviética. Como bien se señala en la cita de arriba, todas las guerras y tragedias que marcarían el siglo pasado (e incluso parte del actual) tendrían su origen en ese conflicto.

La generación de europeos anterior a la Primera Guerra Mundial había vivido una era de paz sin precedentes, de manera que la carnicería que supuso aquella contienda sirvió para recordarles algo que hoy parece más que obvio: que los conflictos bélicos son perjudiciales y estúpidos. Cientos de miles de soldados murieron en una serie de batallas absurdas, como las de Loos, Galípoli, el Somme, Verdún, Ypres o las del Isonzo, al término de las cuales ninguno de los contendientes había realizado apenas algún avance. Sin embargo, el estallido de la guerra fue recibido con celebraciones por las calles, como ilustra una conocida imagen tomada en la Odeonsplatz de Múnich, el 2 de agosto de 1914, por el que sería más tarde fotógrafo oficial de Adolf Hitler: Heinrich Hoffmann. Se supone que en ella aparece por casualidad un joven Hitler feliz por los acontecimientos y rodeado de una multitud eufórica, aunque es posible que la foto fuera trucada en 1932 con fines propagandísticos:



El conflicto también recordó a los dirigentes mundiales que las guerras no suelen desarrollarse según lo planeado: la mayor parte de los principales países participantes salieron de la contienda en bancarrota y destrozados.

"LA GUERRA PARA TERMINAR CON LA GUERRA" (H. G. WELLS)

Si la Segunda Guerra Mundial fue una repetición de la Primera pero con más muertos y a mayor escala, hubo entre ellas otros conflictos que no fueron sino flecos sueltos, productos directamente derivados de la Gran Guerra, hasta el punto de que se podría decir que esta no terminó completamente en 1918 (Churchill comentaría por aquellas fechas: "la guerra de los gigantes ha terminado, comienzan las guerras de los pigmeos"). En ese grupo podríamos meter por ejemplo la Guerra Civil Rusa o la Guerra Greco-Turca. Pero los ecos de la Primera Guerra Mundial también han llegado hasta nuestros días. Así, en su primer comunicado emitido tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, Osama Bin Laden habló sobre los ochenta años de sufrimiento del mundo musulmán a manos de Occidente. Obviamente se refería a la división del Imperio otomano al final de la Gran Guerra y a la ocupación británica de Palestina, iniciada precisamente el 11 de septiembre de 1922. De hecho, uno de los objetivos declarados de Al Qaeda y del Estado Islámico es revertir los efectos del Acuerdo Sykes-Picot

El reparto de Oriente Próximo entre el Reino Unido y Francia no es la única decisión tomada durante la Primera Guerra Mundial cuyas trágicas consecuencias se prolongaron durante décadas. De hecho, algunos de los países más inestables o conflictivos del último siglo nacieron cuando los imperios derrotados en aquella guerra fueron troceados por los vencedores para que no causaran problemas en el futuro, aunque con ello en ocasiones obligaran a convivir a comunidades muy diversas, cuando no hostiles entre sí, bajo una identidad nacional de lo más endeble. Pero veamos algunos ejemplos que demuestran que aquella no fue del todo una buena solución:

Ruanda y Burundi: Estos territorios pertenecían a la colonia del África Oriental Alemana y tras la guerra le fueron concedidos a Bélgica. Dicha decisión condujo a que cuando se independizaron, en 1962, quedaran hutus y tutsis en un mismo país pese al odio que se profesaban ambos grupos. Durante las últimas décadas del siglo XX, tutsis y hutus llevaron a cabo numerosas masacres mutuas.

Darfur: En 1915 el sultán de Darfur, Ali Dinar, hasta entonces leal a los británicos, decidió ponerse de parte de los turcos por solidaridad musulmana. Los británicos invadieron Darfur en 1916, asesinaron a Ali Dinar y anexionaron el sultanato a Sudán, entonces parte de su imperio. Desde hace bastantes años, la población de Darfur sufre persecuciones y asesinatos en masa por parte de sus señores sudaneses.

Polonia y Checoslovaquia: En los territorios fronterizos entre los imperios alemán, austrohúngaro y ruso, los aliados crearon dos Estados tapón multilingües albergando la esperanza de que, al estar situados entre enemigos implacables, contribuirían a mantener la paz. Al cabo de un par de décadas fue precisamente en esa zona donde surgió la chispa que haría estallar la Segunda Guerra Mundial y ambos Estados fueron conquistados con rapidez.

Yugoslavia: Los eslavos balcánicos del Imperio austrohúngaro fueron agrupados e incorporados a Serbia para crear un nuevo Estado más grande y multilingüe. Ya en la Segunda Guerra Mundial esos grupos étnicos empezaron a matarse entre sí, pero fue en los años noventa, tras una serie de guerras civiles, cuando Yugoslavia se desmembró para siempre.

Irak y Siria: Como ya he mencionado, por el Acuerdo Sykes-Picot Francia y el Imperio británico se repartieron los territorios turcos de Oriente Próximo. Los británicos se llevaron la mejor parte, que incluía la antigua Mesopotamia con sus pozos petrolíferos, mientras que Francia se quedó con Siria. Esta decisión mezcló de forma arbitraria a árabes suníes, árabes chiíes y kurdos. Durante los últimos años estos grupos se han enzarzado en sangrientas disputas por el control de la zona contribuyendo a hundir ambos países en sendas guerras civiles.



Líbano: Los franceses desgajaron la antigua Fenicia de Siria para crear un pequeño Estado poblado por enclaves cristianos, que era la religión mayoritaria en la zona. Tras la independencia del Líbano, la inestabilidad fue creciendo en el país hasta que en 1975 estalló una guerra civil entre musulmanes y cristianos que se mezcló con el conflicto árabe-israelí.

Israel: Los británicos buscaron el apoyo de los sionistas frente a los turcos prometiéndoles a cambio el establecimiento de un "hogar nacional judío" en Palestina, por entonces perteneciente al Imperio otomano. El problema es que para obtener también su ayuda, ofrecieron a los árabes la creación de un gran Estado en los territorios que habitaban en Asia, una vez liberados del dominio turco. Los árabes entendieron que Palestina quedaba incluida en el acuerdo. Todo ello hizo que judíos y árabes empezaran a matarse entre sí mientras Palestina estaba bajo mandato británico, en el periodo de entreguerras. El conflicto se acrecentó con la independencia de Israel, en 1948, y ha perdurado hasta nuestros días.

Unión Soviética: Alemania ayudó a Lenin a hacerse con el poder en una Rusia agotada por la guerra para así forzarla a pedir la paz. Cuando triunfó allí el comunismo, tras una sangrienta guerra civil, creó una nación de monstruoso poder e ideológicamente antagónica a Occidente que perduró a lo largo de tres cuartos de siglo, un periodo durante la mayor parte del cual se cernió sobre el mundo la amenaza diaria de la aniquilación nuclear.

Por cierto, a mediados de 1918 Alemania había ocupado casi todas las regiones occidentales de Rusia habitadas por pueblos que no eran rusos, mientras que sus aliados turcos trataban de apoderarse del Cáucaso. En virtud del Tratado de Brest-Litovsk, Alemania recibió una serie de Estados vasallos que tuvo que abandonar al cabo de unos meses, tras el Armisticio de Copiègne. Todos esos territorios trataron entonces de independizarse. Finlandia y Polonia lo lograron. Estonia, Letonia y Lituania también, pero solo durante un par de décadas al cabo de las cuales volvieron a ser ocupadas por la URSS durante otro medio siglo, pudiendo después recuperar su independencia. Bielorrusia, Ucrania y los pueblos del Cáucaso (Georgia, Armenia y Azerbaiyán) no lo consiguieron hasta 1991, cuando cayó la Unión Soviética. Precisamente todos estos últimos países siguen hoy envueltos en conflictos de diversa índole.




Hay que decir que cuando se descolonizó África, a mediados del siglo pasado, los nuevos Estados independientes se comprometieron a respetar las fronteras heredadas de la época colonial para evitar nuevos conflictos, cosa que lograron en gran medida (con alguna excepción que he mencionado). Quizá habían sacado alguna lección de lo ocurrido tras la Gran Guerra.

La Primera Guerra Mundial combinó tácticas y usanzas militares decimonónicas con el uso masivo de armas contemporáneas como la ametralladora, el fusil de cerrojo, el subfusil, el tanque, el obús, el submarino o el avión de combate. 


Tanque británico Mark V


Fue también el primer conflicto en el que se utilizaron de forma sistemática las armas químicas, algo que originó cierta leyenda sobre ellas ya que en realidad causaron menos del 1% del total de militares muertos en la contienda. Desde luego producían muchas más bajas que muertes (eran por tanto muy eficaces, quizá demasiado) y además de forma indiscriminada, motivo por el que se terminó frenando su uso tras la guerra.

"LA PAZ PARA ACABAR CON LA PAZ" (ARCHIBALD WAVELL)

Alemania fue considerada por los vencedores como la principal responsable de la guerra, de manera que en el Tratado de Versalles, además de arrebatarle su imperio colonial y parte de su territorio nacional, le impusieron unas sanciones económicas draconianas en un ejemplo de libro de paz cartaginesajusticia del vencedor. Si algo hemos aprendido de todo aquello es que ni está bien humillar a ningún país, ni resulta nada inteligente porque tarde o temprano se querrá desquitar. Francia y el Reino Unido pensaron que si sometían económicamente a Alemania, los germanos no podrían buscar la revancha al carecer de recursos para rehacer su poder militar. Hoy sabemos que se equivocaron.

Hay que señalar, por cierto, que con el castigo a Alemania Francia buscaba resarcirse de su derrota en la guerra franco-prusiana, allá por 1870.

A comienzos de los años veinte, la República de Weimar sufrió una hiperinflación que le imposibilitó cumplir con los pagos a los aliados. La situación empeoró a comienzos de 1923 cuando tropas francesas y belgas ocuparon la región industrial del Ruhr para cobrarse lo que en su opinión se les debía. Esta acción se prolongó durante más de dos años y se sumó a la ocupación aliada de Renania, establecida a su vez en 1918 y que perduraría hasta 1930 (Francia controlaría la pequeña región del Sarre hasta 1935).



Aunque finalmente se flexibilizaron los pagos, como resultado de todo lo anterior la población alemana se sintió altamente humillada, lo que unido a la leyenda de la puñalada por la espalda y al crac del 29, preparó el terreno para la llegada del nazismo al poder.

Con todo, los vencedores de la Primera Guerra Mundial tomaron cierta conciencia de que una hecatombe así no se debía repetir, de manera que a partir de los Catorce Puntos del presidente estadounidense Wilson crearon la Sociedad de las Naciones (SDN), antecesora de la ONU. Sin embargo este organismo nació lastrado por una serie de problemas, empezando por la negativa a formar parte de él de su país impulsor, Estados Unidos, y siguiendo por la sucesiva salida de otros debido a la incapacidad de dicha institución para evitar agravios o resolver conflictos de forma pacífica. Digamos que tras la Gran Guerra la paz en el mundo no duró mucho, solo el tiempo suficiente para que las naciones rivales pudieran formar una nueva generación de soldados. No obstante, el testigo de la SDN fue recogido por la ONU en 1945 y bueno, de momento no hemos padecido una Tercera Guerra Mundial.

A finales de la Segunda Guerra Mundial de nuevo los aliados se propusieron eliminar todo el tejido industrial germano (Plan Morgenthau) para que Alemania ya no levantara cabeza jamás. Afortunadamente después recapacitaron, quizá por las enseñanzas de lo ocurrido tras la Primera Guerra Mundial, quizá obligados por el contexto de la Guerra Fría, que hacía necesario fortalecer a Alemania Occidental (sobre todo después de la Guerra de Corea), o quizá por ambos motivos, y se decidió que lo mejor para evitar conflictos era explotar de forma conjunta los recursos. Así nació la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, germen de la actual Unión Europea (UE). La UE y sus antecesoras han mantenido la paz entre sus Estados miembros durante siete décadas.

"LA ENFERMERÍA ES UN ARTE" (FLORENCE NIGHTINGALE)

La Gran Guerra hizo mucho por el feminismo, ya que trajo la incorporación masiva de la mujer al mercado laboral debido al reclutamiento de la población masculina para acudir al frente, así como a las necesidades de mano de obra industrial derivadas de la contienda. Dejando aparte las fábricas, muchas mujeres estuvieron en primera línea de batalla como enfermeras, e incluso en 1917 el Gobierno provisional ruso empleó algunos batallones de mujeres en combate.



De hecho, las mujeres tuvieron un papel protagonista tanto en el inicio como en el final de la Revolución rusa de 1917. Así, el proceso conocido como Revolución de Febrero comenzó con una manifestación por el Día Internacional de la Mujer.



Y durante la llamada Revolución de Octubre -el golpe bolchevique-, entre los defensores del Palacio de Invierno (sede del Gobierno provisional ruso) estuvo uno de los batallones de mujeres creados ese mismo año por las autoridades para proteger el país. El batallón finalmente tuvo que rendirse, pero sin entregar las armas, ya que sus integrantes temían ser violadas. 




El nuevo Gobierno bolchevique ordenó la disolución de los batallones de mujeres. Por cierto, la artífice del primero de estos batallones femeninos rusos, la veterana María Leontievna Bochkariova, más conocida como Yashka, fue ejecutada por los comunistas en 1920 acusada de ser "enemiga de la clase trabajadora".



Todo lo anterior tuvo como consecuencia a partir de la Primera Guerra Mundial la progresiva implantación por parte de las democracias del sufragio universal. Este proceso se acentuó aún más tras la segunda contienda mundial.


Cronología del voto femenino en el mundo


Finalmente, al hablar del legado de la Primera Guerra Mundial no se pueden dejar de mencionar los avances médicos que se produjeron durante la misma, así como su coincidencia con la peor pandemia ocurrida en la historia desde la peste negra en el siglo XIV: me estoy refiriendo a la mal llamada gripe española, claro, que contagió a 500 millones de personas, mató a entre 50 y 100 millones de ellas, y que llegó a Europa en 1918 con las tropas estadounidenses que iban a combatir a Francia. La pandemia desapareció en 1920 y partir de entonces fue bastante olvidada hasta que nos hemos acordado de ella precisamente un siglo después, mientras sufrimos otra. Quién sabe, pero si no hubiéramos dejado de prestar atención a aquella pandemia de gripe, quizá la COVID-19 no nos habría pillado tan poco preparados.



Aunque aún no existían los antibióticos, el conocimiento de los microorganismos permitió avanzar en la lucha contra las enfermedades infecciosas, algo que la guerra aceleró. En el campo de la psiquiatría se describió la neurosis de guerra, que hoy conocemos como trastorno por estrés postraumático.

Las nuevas armas empleadas en la Gran Guerra, las granadas, las balas expansivas y la metralla hicieron que muchos heridos tuvieran la cara completamente desfigurada. Esto propició el nacimiento de una nueva especialidad, la cirugía plástica, de la mano del otorrinolaringólogo neozelandés Harold Gillies. 



Hubo otros avances en el terreno de la cirugía, especialmente en la traumatología, donde descendió mucho el índice de amputaciones sin que aumentara la mortalidad. Además, se empezaron a emplear las ambulancias motorizadas en lugar de las tiradas por caballos.


Ambulancia Ford T de 1916


Y bueno, creo que con esto ya estaría.


Más información:

-Gerwarth, Robert, "Los vencidos. Por qué la Primera Guerra Mundial no concluyó del todo", Galaxia Gutenberg, 2017.

-Hernández García-Gallardo, Diego, "La cirugía en la guerra. Hitos terapéuticos a lo largo de la historia de los conflictos bélicos", Galland Books, 2019.

-White, Matthew, "El libro negro de la humanidad. Crónica de las grandes atrocidades de la historia", Crítica, 2012.