miércoles, 25 de noviembre de 2015

Sobre la memoria histórica, la Guerra Civil y el franquismo



No hay que politizar el pasado

Andrés Trapiello


Leo en las noticias que Barcelona lidera la lucha antifranquista. No, no es un titular de 1936, sino de 2015.

Resulta que el ayuntamiento de Ada Colau apoya una querella que solicita al rey Felipe VI que responda por los crímenes del franquismo “como representante del Estado Español y continuador legítimo” de la dictadura. La verdad es que no siento la menor simpatía por el rey Felipe, pero desde luego tampoco le considero "continuador legítimo de la dictadura", ni creo que reine "gracias a los principios del Movimiento". En todo caso reinará gracias a los principios de la Constitución de 1978. Otra cosa es que el Estado se haga cargo de la reparación a las víctimas de la guerra y la dictadura, que reconozca los crímenes que se cometieron entonces, y que se preocupe de que no caigan en el olvido. Todo eso me parece perfecto, siempre que hablemos de todos los crímenes. Como escribió Andrés Trapiello en su fantástica novela Ayer no más:

"Se dirá que las víctimas de la República tuvieron ya su reparación durante el franquismo, pero no es esa la que reclaman, sino la del Estado y la de toda la sociedad, la de unos y otros, como deberían tener la del Estado y la de toda la sociedad las víctimas del franquismo, no sólo la de los partidos de izquierda".

Seguimos con la idea de que la Guerra Civil Española fue una historia de buenos y malos, lo que termina implicando que condenemos o justifiquemos unos crímenes en función del bando que los cometiera. Seguimos tratando de revisar la historia desde el poder, como han hecho los regímenes totalitarios. El golpe de julio de 1936 lo fue contra un Gobierno legalmente constituido pero, una vez iniciada la guerra, nadie defendía ya la democracia. Si se me apura, ni siquiera defendía ya nadie la República de 1931: en el bando republicano los militantes de cada organización política luchaban por sus ideas particulares, sin más. Prueba de ello es que si observamos fotos de la guerra, comprobaremos que las banderas que más abundaban entre los milicianos republicanos no eran las tricolores, sino las de cada formación política junto a sus propios lemas o siglas: estrellas, hoces y martillos, FAI, CNT, UHP, POUM, etc (véase, sin ir más lejos, la foto que encabeza esta entrada). Todo ello unido, más que por la República, por el antifascismo, que no es lo mismo. Y por eso cada dos por tres los propios republicanos se enfrentaban entre sí. Seguramente se vean muchas más banderas republicanas hoy en ciertas manifestaciones que entonces en la zona republicana, fruto del éxito que tienen en nuestro país los mitos históricos y del afán que tenemos en politizar el pasado y hacerlo servir a nuestros intereses.

Claro que hay muchas cosas que cambiar. Es una vergüenza que el Valle de los Caídos, o incluso el llamado Cementerio de los Mártires de Paracuellos de Jarama, sigan siendo santuarios franquistas. Claro que habría que remodelarlos como se hizo con el Alcázar de Toledo. Claro que hay que cambiar nombres de calles y plazas que continúan siendo un homenaje a la dictadura (más que nada porque lo dice la ley). Pero tampoco parece muy apropiado que haya vías dedicadas a personajes tan siniestros como Dolores Ibárruri o Santiago Carrillo.

Claro que hay que exhumar los restos de los enterrados en fosas comunes, pero los de todas las fosas comunes.

La propia expresión memoria histórica es inadecuada. La memoria es subjetiva, mientras que la historia debe ser objetiva. Y no se puede recordar en plural. "Los pueblos no recuerdan, recuerdan los individuos", dice Trapiello. Puede haber una conciencia colectiva, pero no una memoria colectiva.

Seguimos con la Guerra Civil enquistada, y continuaremos igual mientras unos y otros reclamen solo un reconocimiento parcial, solo a una parte de las víctimas, cuando todas las víctimas inocentes -porque no todas eran inocentes- fueron iguales, sin importar quién las asesinara. Ahí tenemos el ejemplo de Alemania, que ha padecido una dictadura nazi y otra estalinista y que reconoce a las víctimas de ambas. O el del cementerio de Arlington, en Estados Unidos, en el que están enterrados, entre otros, soldados de ambos bandos de la Guerra de Secesión. Y es un cementerio, no un lugar de propaganda. Realmente tenemos mucho que aprender de otros países.

En España hubo una guerra en la que ambos bandos cometieron crímenes. Que uno -el franquista- fuera más criminal cuantitativamente que el otro, no quita responsabilidad al segundo. El Estado actual, el democrático, debería reconocer y reparar todos los crímenes juntos, y mientras no lo haga seguiremos leyendo titulares como el de arriba, que parece más propio de la Guerra Civil que del siglo XXI.




2 comentarios:

  1. Hola Pedro!

    Soy "ikcfer", te leía mucho por debatalia hace tiempo. Por suerte he recuperado unos favoritos de internet que no recordaba que tenía y me he llevado la alegría de re-encontrar tu blog. Me tendré que poner al día.

    Estoy muy de acuerdo con lo que escribes. Víctimas son todos. Aunque creo que la diferencia entre las barbaridades cometidas por el bando franquista y el bando republicano, no son sólo cuantitativas, también cualitativas y no creo que las víctimas provocadas por el bando republicano hayan tenido muchos problemas para enterrar a sus muertos, para que anulen condenas injustas o para recuperar bienes robados. Tampoco se han tenido que enfrentar al rechazo social, a la imposibilidad de encontrar trabajo y a la miseria y olvido a la que se ha condenado a las víctimas provocadas por el franquismo durante décadas. Han tenido desde el primer momento una reparación que a las víctimas del bando contrario se les ha negado. Pero bueno, mi opinión en esto está mucho menos fundamentada y documentada que la tuya.

    Eso sí, hay una cosa que me molesta, ese espíritu en cierto sectores catalanes como de principales víctimas de la guerra civil. Como si hubieran estado más expuestos que los demás o su pérdida hubiera sido mayor, cuando por ejemplo creo que Madrid como ciudad sufrió más, luchó más y aguantó más que ellos. Y la represión en Castilla La Mancha o Andalucía, no creo que fuera menos brutal que la suya. Lo único, que a la suya hay que añadir como víctima a su "identidad nacional".

    Me pregunto yo, si el rey (cuya figura cuenta con mi rechazo, dicho sea de paso) es responsable del daño provocado por el estado español, ¿quiénes son responsables por ejemplo, de las jornadas de mayo del 37? Me parece un tanto ridículo.

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    1. ¡Hey, qué agradable sorpresa! :)

      Yo diferenciaría entre los crímenes cometidos en la guerra y lo ocurrido en la posguerra. Con respecto a los de la guerra solo veo una diferencia cuantitativa. Los franquistas mataron más, pero hay que tener en cuenta que iban ganando terreno casi todo el tiempo y por tanto ocupaban nuevos lugares donde llevar a cabo su represión. En la zona republicana la represión fue más dura el primer año, al cabo del cual podríamos decir que ya estaba el trabajo prácticamente hecho. Pero las víctimas inocentes fueron iguales las mataran unos u otros.

      El trato a las víctimas después de la guerra obviamente ha sido muy desigual, aparte de que continuó la represión por parte de los vencedores. Por eso defiendo que después de cuatro décadas de democracia ya va siendo hora de que el Estado trate a todas las víctimas de entonces por igual. Que haya un reconocimiento de todas juntas. Hoy he leído una noticia que me ha gustado y que va un poco en esa línea, y es que el Ayuntamiento de Madrid ha decidido sustituir las calles franquistas por nombres de víctimas del terrorismo. Y además dedicará una calle a Melchor Rodríguez, "El ángel rojo", el anarquista que detuvo la matanza de Paracuellos. Esto último se aprobado por unanimidad. Ojalá sigamos por ese camino.

      Con respecto a lo que dices de Cataluña, es el victimismo propio del nacionalismo, del que hay multitud de ejemplos.

      Un abrazo y gracias por leerme y por el comentario :)

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