lunes, 27 de enero de 2014

Aniversario (II)




Vivimos días de grandes aniversarios. Hoy, por ejemplo, es el de la liberación de Auschwitz por el ejército soviético, un suceso que seguramente tuvo mucho de bueno, pero también algo de malo, cosa que por lo general se desconoce.

Y ayer fue el primer aniversario de este mi blog, motivo de abrir esta entrada. Un blog que me parece que tiene mucho que mejorar, al que he hecho caso sólo de vez en cuando, pero que me ha servido para contar lo que me ha dado la gana (y para que algunos pocos lo leyeran).

Pues nada, querido blog: feliz primer cumpleaños. Y perdona el retraso de un día, pero es que ayer ni me acordé.


martes, 21 de enero de 2014

Aniversario


Todo empezó hace doce meses con un festín de quesos. Después nuestra relación fue cuajando poco a poco, en porciones. Sería una bola si te dijera que éste ha sido mi mejor año -y sabes por qué-, aunque sin ti habría resultado mil veces más amargo. Gracias por ser tan valiente –cual prota de Ratatouille- y haberte lanzado a cambiar nuestras vidas, gracias por curarme con tu aceite mágico y aromático, gracias por derretirme con tu calor, gracias por querer madurar junto a mí, ojalá esto dure hasta el infinito y más allá. Ah, y que nunca nos falte el queso. Te quiero, Raquel.

sábado, 18 de enero de 2014

Toy story




Donatello, la tortuga ninja, advirtió a Raphael (otra tortuga ninja, nada que ver con el famoso cantante) que no abriera el portón del camión porque había un toro de lidia de cien gramos de peso encerrado dentro. Raphael hizo caso omiso, abrió el portón y, antes de que pudiera darse cuenta, volaba por los aires tras ser embestido por el astado. Afortunadamente una chica pirata de Playmobil acudió en su ayuda a lomos de un félido de dientes de sable dejando al bovino fuera de combate. Por desgracia, no tardó en ser atropellada junto a su montura por un enorme coche conducido de forma vandálica por otro Playmobil. Mientras tanto, un elefante africano decidió que si un toro cabía dentro del camión, por qué no iba él a intentar entrar. Sus enormes orejas desplegadas le pusieron dificultades, pero al final lo consiguió. Eso sí, salir de allí iba a ser otro cantar. También apareció un lobo con ganas de morder a todo el mundo. Raphael, recuperado de su encuentro con el toro, agarró el cañón de plástico que había en lo alto del camión y disparó sobre aquellos agresivos animales, pero el arma era poco potente y sólo conseguía hacerles cosquillas, y eso cuando les acertaba. Harto, aprovechó un momento en que estaban juntos y los atropelló brutalmente a todos con el camión. Los animales quedaron desperdigados por el suelo ofreciendo una imagen dantesca, y entonces todo terminó porque llegó la hora de cenar.

Y bueno, éste es el resumen de lo que ocurrió mientras jugaba el otro día con Iván, el hijo de Raquel.